El pozo de Jacob (V)
Advertencia de anciana intuitiva
Hace unos años éramos muchos los que esperábamos los chistes de Cortés. Para celebrar su agudeza y simpática crítica de situaciones eclesiales. Tengo delante uno que con su estilo muy propio, pinta a una abuela sentada en la puerta de su casita que tiene dos pintadas en la fachada: “Pilato como te coja te mato”; “La fuerza al poder”. Dos misioneros están enfrente, se supone pidiendo información, y se encuentran con esta respuesta: “Aquí ustedes pueden predicar el Evangelio si quieren, pero no creo que les hagan caso, porque son católicos de toda la vida…”
Quizá aclara el mensaje de Cortés el comentario del cardenal Madariaga a la parábola del pródigo: “Quien se ubica psicológicamente el grupo de los perfectos, los siempre fieles, los moralmente sanos y los observantes, se parecen más al hermano mayor de la parábola, quien vivió con su padre sirviéndole pero no amándole, dentro de su casa pero no dentro de su corazón.”
Un preámbulo no muy académico, pero que da pie a querer conocer lo que pretende la convocatoria de Juan Pablo II, y relanzada por Benedicto XVI, para una “Nueva Evangelización”. La pregunta es: ¿Para quienes está pensada? ¿Para los católicos de toda la vida? ¿Para los alejados, indiferentes? ¿Para los que nunca han oído hablar de Jesucristo?
En 1.943 André Godin publica un libro que hace época: “Francia, país de misión. Aserto que en 1,966 repite Alfonso C. Comín: “España, país de misión”. Y el conocido teólogo Chenú, por esas misma fechas comenzó a hablar de “La Iglesia en estado de misión”. Fueron tres síntomas claros de en la Iglesia se replanteaba el tema de la Evangelización. Y se acaba de perfilar con la Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi” de Pablo VI en 1.975. Es la primera vez que al Sínodo mundial sigue un documente papal. Y es que los padres sinodales no se pusieron de acuerdo. Por primera vez, comentaba el cardenal Daanels, los obispos europeos comprendieron que la Iglesia no era unicéntrica, sino pluricéntrica. Había dos enfoques. El vertical: hay que anunciar a Jesucristo, que nos trae la salvación eterna, sin insistir en las consecuencias de su mensaje liberador. Y el horizontal: Es urgente la promoción de la justicia en un mundo explotado. A esta empresa hay que dedicar todas las energías.
El esfuerzo de síntesis de Pablo VI, es iluminador. Como comenta Monseñor Fisichella: “es evidente que el Papa era consciente de que la acción evangelizadora era compleja y de que el riesgo de de absolutizar incluso una parte habría llevado a ofuscar la misma misión, por eso recordaba, con sabiduría, el hecho de que ‘ninguna definición parcial y fragmentaria refleja la realidad rica. Compleja y dinámica que comporta la evangelización, si no es con el riesgo de empobrecerla e incluso mutilarla. Resulta imposible comprenderla si no se trata de abarcar de golpe todos sus elementos esenciales’(E.N.17), y afirmaba con fuerza, para evitar equívocos que ‘no hay evangelización verdadera mientras no se nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios’ (E.N.22) “(La nueva Evangelización, 2012, pgs17-18)
Rotas las fronteras.
Además ya es clara que la evangelización no se limita a los “países de misión”, ni se limita a unos límites geográficos o económicos. Y es primero la Iglesia entera la que debe ser evangelizada primero para luego evangelizar. Y mucho menos se limita la responsabilidad de evangelizar a Obispos, sacerdotes y religiosos. Es hora de poner en práctica la corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios. Y con la mayoría de edad que hoy impulsa la llamada “Misión compartida”
También el cantarillo de hoy, tiene estrambote como los sonetos. Tuve acceso a las respuestas de las religiosas de todo el mundo a los “lineamenta” del Sínodo sobre la Vida Consagrada. Y era llamativa la exigencia de que se acabase el ser tratadas como menores de edad en las acciones evangelizadoras. Pedían que no se les tratase como una peonía barata para el trabajo pastoral. Debía estar desde el principio en la “planificación, acción y evaluación.
Para la Nueva Evangelización es clara esta corresponsabilidad de misión compartida por las tres formas de vida cristiana: Sacerdocio secular, consagrados en sus variadas formas y seglares en su amplio abanico de de solteros, casados, viudos y separados… Lo necesario es el ardor evangelizador común a todos.