DOMINGO XX DEL T.O. - CICLO B - 20 de agosto 2006
Desde la Playa
(por hombre, casado, con dos hijos, espera otro, trabajan ambos, en vacaciones)
¡ Qué difícil se hace hablar de quien debe ser "nuestro Pan de cada día", en estos días de relax !
Quizá por esto me llegua este relato de Juan. para darme cuenta de la importancia de acudir a celebrar y participar de la Eucaristía.
Es en ella donde aprendemos el significado de esta palabras: "el que coma de este pan vivirá para siempre".
Eso he hecho estos días, y la verdad es que uno encuentra la fuerza para vivir y dar vida.
En resumen, Jesús nos anima a que los demás coman y beban de nosotros, de nuestra vida; y para ello deberemos acudir al Pan verdadero.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús a la gente:-- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo.
Disputaban los judíos entre sí:
--¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
-- Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que como este pan vivirá para siempre.
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