DOMINGO 8 de Julio de 2007 - XIV DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)
Elige el comentario que quieres leer: Educación de los hijos, Abuelos, Economía globalizada,
Reza con esta Oración a propósito del Evangelio.
+ EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-12, 17-20
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios."
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo."
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre."
Él les contestó: "Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo."

(matrimonio, jubilados, siete nietos, pertenecen a grupo de matrimonios)
Jesús no quiere triunfadores. Reacciona contra la tentación de valorar, principalmente, los prodigios externos, el orgullo y la vanidad de recoger los frutos de su labor. Dios quiere sembradores, para abonar los terrenos y recoger los frutos está El.
Señor, que claramente les dices a tus discípulos que estén alegres no porque se les sometan los espíritus, sino porque sus nombres están inscritos en el cielo.
¡Qué enseñanzas nos das!: El Evangelio es para los sencillos.
Señor, te pedimos, muy especialmente, para nuestros nietos que tengan siempre un corazón puro y dispuesto a cambiar cuando vean la VERDAD. Que no se sientan nunca grandes y poderosos, porque el estar instalados y tener ideas fijas conduce a la cerrazón, lo cual tiene poco que ver con las ansias de ser salvados.

(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
La colaboración les hace crecer en autoestima, responsabilidad, independencia. Hace que todos tengamos más tiempo libre, estemos de buen humor y nos sentamos parte de un equipo.
Seguro que así también tendremos un tiempo más sosegado para rezar en familia, al final del día, o para dar gracias, o comentar las lecturas del Evangelio del día llevándolas a lo que nos ha pasado hoy.

(hombre, casado, con dos hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
Jesús nos propone "ponernos en camino", "hacerlo todo nuevo" como Él: es necesario crear, innovar para que toda nuestra vida anuncie el Reino. El uso de nuestros recursos económicos puede también anunciarlo y "expulsar los males" de muchas personas. Puede que el "mundo" no ponga el "dinero" al servicio del Reino, pero, aún así, los discípulos experimentaremos la alegría de ver cambios en las personas y de ser coherentes como su maestro. Y sin olvidar el estilo de Jesús: en pobreza (sin alforja ni sandalias) y centrándonos en anunciar el Reino (no os detengais..)

(hombre, casado, trabaja, con un hijo)
Señor, que hoy sienta también tu llamada, tu elección…
Como los “setenta y dos”, a testimoniar tu nombre…
Que asuma también mi tarea, mi misión, a luz de tu Palabra…
Y que llegue a descubrir la importancia de llamarse Hijo de Dios.
La Paz a la que tú me invitas, es una Paz especial y distinta,
digna de ser regalada, y que nos lleva al compromiso de transmitirla, de donarla,
desde la propia vivencia e interiorización.
Y también desde mi fe en Ti, busco la fuerza para superar mis miedos, mis debilidades… y afrontar mi tarea de obrero de tu Reino, porque Tú
me necesitas y me esperas, me acompañas y proteges.
Y esa misión a la que me llamas, a la que me invitas, la instituyes de dos en dos, para que ni siquiera la soledad humana me acobarde, y para hacerte presente en aquellos que también comparten el camino de construir tu Reino. recibida.