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DOMINGO 6 de Mayo 2007 - V DE PASCUA (CICLO C)

laiconet -
Lee el Evangelio de este domingo
Elige el comentario que quieres leer: Educación de los hijos, Abuelos, Trabajo, Economía globalizada, Tercer mundo,


Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
El AMOR es el motor del mundo. Y de la familia. Nuestros hijos, que están “al loro” de todo, tienen que percibirlo. Aunque sólo vean la punta de un iceberg que queda oculto a su ingenuidad, ya que no se percatarán del esfuerzo que hay detrás de una mesa puesta, una casa recogida, un uniforme planchado, un carro de la compra del supermercado, un apoyo en la tarea de clase o un rato de escucha en exclusiva, seguramente, hasta que les toque a ellos como padres.
Las cosas se hacen a veces, inevitablemente, rozando la desesperación propia del agotamiento. Pero cuando se hacen desde la perspectiva de que Dios es un miembro más de la familia, incluso en esos momentos extremos, cobran una especial trascendencia.
Una vez más sale a relucir la educación en el ejemplo, en la coherencia, en el entendimiento en la pareja educadora y con la mirada puesta en el Señor.

DESDE LOS TRANSEÚNTES
(hombre, recién casado, trabaja, pertenece a comunidad cristiana, voluntario de patrulla de calle en ONG católica)
Este comentario es mensual.

DESDE EL TRABAJO
(matrimonio, ambos empleados de empresa; pertenecen a comunidad cristiana)
Este evangelio me recuerda a cuando comencé a trabajar (como becario) en la empresa donde sigo. Entonces la empresa ya era medianamente grande, en el edificio seríamos algo más de cien personas, por lo que no conocía ni a la mitad, pero cuando los compañeros me contaban cosas de la empresa casi siempre salían a relucir dos o tres personas. Conocí a una de ellas y entiendo que todo el mundo lo tuviera en tan buena estima porque es una persona que se preocupa por todo el mundo, tanto personalmente como laboralmente, sin dejar de lado a la empresa y haciendo lo mejor que puede su trabajo. Más tarde hablando con él descubrí que es cristiano y pertenece junto a su mujer a una comunidad.
No es que fuera proclamándolo a voz en grito, pero todo el mundo en la empresa lo sabía, seguramente por lo que nos dice este evangelio: "La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros". 


DESDE LA ECONOMÍA GLOBALIZADA
(hombre, casado, con dos hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
  "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Tan claro como el agua: hay que dar, gastar la vida por los demás como Jesús. Para plasmarlo en economía, tendríamos que rescatar la función original de la economia: satisfacer las necesidades básicas de todos. Esto significa que la función de las empresas no es ganar dinero, sino prestar un servicio a la sociedad y para ello deben ser rentables (=ganar dinero). Por tanto la rentabilidad no es el objetivo de cualquier actividad económica, es sólo el medio para conseguir una sociedad donde todas las necesidades (no los caprichos) están cubiertas y todos aportamos mediante nuestro trabajo a ese bien común. Por eso es una aberración echar trabajadores a la calle (Delfi) para que una empresa sea todavia más rentable (en eso consiste la diabólica competitividad, en ganar más que antes y más que el otro). La rentabilidad de una empresa deber ser social, y sólo debe tener rentabilidad monetaria para seguir sirviendo a la sociedad. Apoyar a las empresas que buscan  rentabilidad social (www.economiasolidaria.com) como objetivo principal es una forma radical de amarnos unos a otros.


DESDE EL TERCER MUNDO
(hombre soltero y matrimonio compartiendo casa, voluntarios de ONG en país musulmán, trabajan en la misión, pertenecen a distintas comunidades cristianas)
“Muy claro y contundente y a la vez muy exigente e incluso difícil. El amor no ha de quedarse en la vida de un cristiano en una palabra vacía y hueca; si fuera así, ¿cuál sería la novedad de Cristo? Nuestro Amor ha de verse en los pequeños gestos, en el día a día, en mil y una cosas que se hacen por el hermano, aunque duelan mucho; mil palabras que se dirían, pero mejor quedan en el corazón y luego ante el sagrario, ofrecidas a El. El Amor es oir a todo el mundo e intentar dar cauces y soluciones desde lo sencillo, pero sin que deje de ser lo mejor y más acertado. Un deseo: que nos sintamos amados, así podremos amar. Una petición: que reconozcamos el amor que se nos brinda, así podremos seguir amando”.


DESDE LOS ABUELOS
(matrimonio, jubilados, siete nietos, pertenecen a grupo de matrimonios)
Señor, después de veinte siglos, aún no ha calado, en la mayoría de nosotros, el mandamiento del AMOR. Además, es por el único por el que nos van a pedir cuentas, creo yo, y es el que nos va a salvar, pues todo lo que hagamos, como tan bellamente nos describe San Pablo en su epístola a los corintios, si no lo hacemos con amor, de nada nos va a servir. Obedeciendo ese nuevo mandamiento cumplimos con toda la Ley de Dios y los profetas. Hemos caído muchas veces en el defecto de darle más importancia a otros mandamientos, cuando la misma Ley de Dios hace hincapié en ese mismo mandamiento: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS. Si el Padre hubiese querido resaltar otro mandamiento con respecto a los demás, así lo habría hecho. El amor mueve montañas y, a la larga, todo lo puede.        
Señor, que el ejemplo que demos a nuestros nietos, sea el del amor y el respeto a los demás y en consonancia con ello, se conviertan en mujeres y hombres de paz. Siempre le hemos pedido a Dios que nuestros hijos, mejor que muy inteligentes y brillantes, fuesen buenas personas y, hasta ahora, ha atendido nuestra petición; pues lo mismo pedimos con respecto a nuestros nietos.



+ EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:

—«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.

Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

Palabra del Señor. 

    
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