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DOMINGO 30 de Septiembre de 2007 - XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO ( CICLO C )

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Lee el Evangelio de este domingo
Elige el comentario que quieres leer: Matrimonio y familia, Educación de los hijos, Trabajo.Enfermedad, Tercer mundo, Márgenes de la Justicia,
Reza con esta Oración a propósito del Evangelio.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

+ EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas. "
Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros."
El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento."
Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen."
El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.""


DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Hay veces que tienes la sensación de que hagas lo que hagas, digas lo que digas, sientas lo que sientas, quien no quiere ver, no lo ve. Es decir, ya podemos hacer el “pino- puente” sin manos, o resucitar a un muerto, como dice la lectura, que quien no quiere escuchar no lo hace. Quienes están o viven en comunidades cristianas, saben que los proyectos personales, matrimoniales y familiares de cada uno se disciernen, también en comunidad, donde ésta, tiene “una palabra que decir”. Muchas veces, no nos atrevemos a ser francos y corregir, desde el amor al hermano, (tampoco nos atrevemos, a veces, en nuestra misma familia, pues cuánto menos en nuestras comunidades). Sin embargo, es difícil, sobre todo en las relaciones personales, en las relaciones afectivas, en las familiares, hacer ver y lo decimos también por nosotros, en cuánto y cómo estamos errando,  en cuánto daño hacemos a los demás, a nuestros cónyuges, a nuestros hijos, hermanos, madres, padres, amigos, etc., e incluso a nosotros mismos y cómo llegamos al final, a la muerte, a lo inevitable, para darnos cuenta de que hemos abierto un abismo tan grande, infranqueable, que ya no queda remedio. Pedimos al Señor, que no nos creamos tan “ricos”, en todo, para  que no seamos insensibles al sufrimiento humano, para que sepamos dar consuelo siempre y no lamentemos, después, el dolor que hemos producido a las personas que están a nuestro lado.

DESDE EL TERCER MUNDO
(mujer, soltera, profesional, seglar del tercer mundo, comprometida con la promoción de su pueblo, pertenece a grupo cristiano)
Este es el texto que mejor refleja la cotidianidad del tercer mundo, muchos pobres esperando las migajas de los ricos. Este no es un evangelio optimista, no da la luz que esperamos por un mundo más humano y equitativo, mucho menos hoy que no creemos en las llamas ardientes del infierno.
Pero no se pierde la esperanza porque refleja a un Dios que opta por los pobres y convoca de manera contundente y sentenciosa a los ricos a cambiar por el bien de todos, incluso de ellos mismos. La realidad de destrucción que vive el mundo por causa del acaparamiento excesivo de bienes y poder es cada día más evidente, las pérdidas no serán solamente para los pobres, hoy los recursos mínimos para la supervivencia se encuentran en peligro, hoy más que nunca se hace necesaria la opción de cuidarnos unos a otros como hermanos e hijos del mismo Padre.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer,casada,con dos hijas, de baja laboral, enferma de cáncer)
A simple vista, este evangelio nos presenta la visión elemental de ricos y pobres:
  • ricos poseedores de riquezas materiales, y que por tanto sufrirán lejos de Dios.
  • pobres aquellos que sobreviven materialmente a duras penas pero que alcanzarán un lugar cerca de Dios.
Si profundizamos un poco más, yo plantearía la siguiente dicotomía algo paradójica:
  • ricos son esas personas que viven su vida en la tierra desde la fe, que su felicidad es hacer felices a los otros, independientemente de sus condiciones materiales y de sus sufrimientos terrenales.
  • pobres son aquellos que no saben disfrutar la presencia de Dios, ni en esta vida ni en la otra, y por tanto se dedican a malgastar su tiempo en vanalidades.
Por eso creo que debemos ser¨"ricos en esta vida y empezar aquí la verdadera vida eterna, siempre cerca de Dios.
 
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Este Evangelio nos lleva a dialogar y meditar con los niños dos cosas: una, la compasión o la empatía. Se trata de ponerse en lugar del otro para poder entender sus sentimientos y sentir con él. El rico no se daba cuenta de que Lázaro estaba sufriendo en su puerta. Otra, dar a cambio de nada, compartiendo la riqueza que Dios nos ha dado. Ser generosos cuando nuestros hijos nos vean y también cuando no nos vean. Enseñándoles a ser generosos con el tiempo, cuando vamos con prisas y atendemos a alguien que nos cuenta sus preocupaciones; con el espacio, haciendo de nuestro hogar una casa que acoja; con los gestos, cediendo el paso a quien lo necesite; con las palabras, destacando lo positivo de los demás; con los silencios, acompañando y escuchando.

DESDE LOS MÁRGENES DE LA JUSTICIA
(matrimonio, con un hijo, trabajan ambos en tribunales de justicia, pertenecen a grupo cristiano)
En mi trabajo como funcionaria del Ministerio Fisca, me encuentro en una posición de "hombre rico", y desde mi cúpula observo a los demás. Yo trabajo sobre "lo peor de la sociedad", es decir sobre la base de los delitos que cometen los demás. Pero resulta que el delincuente, la gran mayoría de las veces, es el Lázaro del evangelio, el "desgraciado" al que Jesús hace referencia en sus bienaventuranzas.
Ayer vino a verme una señora mayor, madre de un hombre que está en prisión por homicidio.Mi primera intención, fue despacharla diciéndole que tenía que concertar una cita con el Fiscal a través de su abogado, pero Dios me encendió una luz e hice que se sentara y la escuché. Me habló de su hijo como sólo puede hacerlo una madre, y aunque no le di esperanzas de que la situación de su hijo fuera a canbiar, al marcharse me tocó en el brazo y me dió las gracias con la palabra y con la mirada.

DESDE EL TRABAJO
(matrimonio, ambos  empleados de empresa;  pertenecen a comunidad cristiana)
En este Evangelio se nos presentan las dos situaciones extremas, aunque muy cercanas. El que tiene y le sobra, y el pobre, al que le falta el dinero.
Mi situación dentro de la clase media y la sociedad en la que vivo me lleva a engaños.
Cierto es que el dinero es necesario, con él pagamos las cosas que usamos, lo que comemos, vestimos, donde vivimos, nos permite aprender, disfrutar, etc.
Pero el gran engaño en que estamos sumergidos es que disponemos de más dinero del que tenemos. Nos dan tarjetas, créditos, pagos a plazo, hipotecas, etc. y todo para al final vivir pagando lo que debemos, y claro, si tienes que pagar más,tienes que trabajar más para pagar.
Es habitual que nos pase esto, compañeros de trabajo trabajan de lunes a viernes junto a mí, en sus ratos libres hacen chapucillas y los fines de semana tienen otro trabajo. Hay otros que buscan constantemente donde les paguen más. Aunque siempre está el que prefiere un trabajo con el que disfrute o con un horario que vea adecuado, a ganar más dinero.
Y todo para pagar lo que deben.
Yo también caigo en esta tentación, es fácil caer y difícil mantenerse, sabiendo que el tiempo es vida que tenemos que aprovechar y no perder. Jesús nos lo recuerda con este Evangelio.

PARA REZAR
(hombre, casado, trabaja, con un hijo)
Señor, que por tu Palabra se refuerce mi fe…
Que la espera de un nuevo anuncio no sea la excusa para no aferrarme a tu mensaje.
Padre, que no me haga una fe a medida, sino que yo crezca a la medida de la fe a la que estamos invitados como don precioso…
Fe alimentada en la Palabra, sostenida en el Evangelio, testimoniada por Jesucristo…
Fe con rostro y con nombre, o con sentimiento y compromiso, fe espiritual, fe en misión permanente.
Padre, que sepa ver la mano del que pide, que sepa reconocer al que necesita,
Que sea capaz de dar y de darme sin reservas…
Gracias por el regalo de descubrir en tu Palabra que cuanto tengo es pasajero y efímero, pero lo que siento y hago sentir es don permanente sellado en mi alma.
Que cuanto se consigue en este mundo no es sino esencia de uno mismo que adquiere sentido en la medida en que se comparte, en la medida en que no nos ata, en el momento en que sirve a otros…
Señor, que la esperanza de tu evangelio alcance a aquellos que sufren sin consuelo, y que los cristianos asumamos nuestra misión de hacerles llegar el alivio de quien les profesa el Amor más grande, y de quien les aguarda para compartir sus pesares y limpiar sus lágrimas.
Ayúdame, Dios mío, y que no me cieguen los banquetes, ni los ropajes, ni los cánones impuestos…
Que me mueva el sentido de tu Palabra ablandando mi corazón y haciéndome sensible al hermano, al prójimo, que no es sino expresión viva de tu mensaje e invitación a creer sin esperas ni condiciones.


    
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