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Domingo 25 de Noviembre de 2007 JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO ( CICLO C )

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Lee el Evangelio de este domingo
Elige el comentario que quieres leer: Matrimonio y familia, Tercer mundo, Enfermedad, Sindical, Educación de los hijos, Márgenes de la Justicia, Política, Relaciones personales, Social.
Reza con esta Oración a propósito del Evangelio.

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.


EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido." Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: "Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo." Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: "Éste es el rey de los judíos." Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros." Pero el otro lo increpaba: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada." Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino." Jesús le respondió: "Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso."

Palabra del Señor


DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)

 A veces, es normal que las propias familias sean las más exigentes a la hora de cuestionarte tu vida matrimonial y familiar. Es decir, cuando vives en una comunidad cristiana, todos tus actos, tus palabras, las situaciones que vas viviendo, se miran con lupa por el resto de tu familia o  por tus amigos, o por tus compañeros de trabajo. “Míralo, ese que se dice cristiano, mira lo que ha hecho o lo que ha dicho”. Hasta uno mismo lo hace en ocasiones, cuando su coherencia de vida no es la que creemos que debería tener. El comentario se hace con sorna. También es cierto que en estos tiempos corre un cierto “victimismo”, justificado o no, hacia los que confiesan ser cristianos y llevan casados mucho tiempo y se consideran felices y dichosos por ello; cierto es que no está de moda los compromisos para toda la vida, (el otro día salían datos espeluznantes sobre los divorcios y sobre la duración de los matrimonios en España). Incluso al juzgar las rupturas somos injustos: “sálvate a ti mismo, ya que eres cristiano”. En fin, que “crucificamos a muchos reyes”. Ojalá  Dios, a pesar de todo, se acuerde de nosotros  y de nuestras familias cuando llegue su Reino.

DESDE EL TERCER MUNDO
(mujer, soltera, profesional, seglar del tercer mundo, comprometida con la promoción de su pueblo, pertenece a grupo cristiano) 
Es una gran alegría saber que el reinado de Jesús no pertenece a los de este mundo, porque se puede pensar en la posibilidad de la justicia, del fin de las desigualdades y los empobrecidos.
Creer en un rey que sobrepasa la frontera del poder por el poder, que enseña y proclama la hermandad de todos y todas como hijos de un mismo Padre, ofrece la fuerza que se necesita para buscar este lugar y espacio ideal, que aunque no se termine de encontrar el solo hecho de intentar construirlo hace ver la vida con esperanza e ilusión de ser vivida.
Debemos celebrar este día con alegría y entusiasmo para que no se pierda esta ilusión de un mundo donde verdaderamente reine Dios, como nos vino a anunciar Jesús.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, enferma de cáncer, pertenece a grupo cristiano)
A mí me conmueve mucho esta festividad de Jesucristo Rey del Universo, me siento amada y perdonada por Él, que ha dado su vida por mi, sin merecérmelo, que ha pasado por la cruz y el sufrimiento; que a nadie nos gusta y huimos de ello. Sin embargo Él ha pasado por todo eso por amor a todos gratuitamente, se ha acordado de mí cuando yo estaba en el sufrimiento, y me invita a no olvidarme nunca de tantas personas que día a día están es la Cruz, en el lecho del dolor. A rezar por ellas, para que puedan sentir que no están solas.
Pero también me cuestiona un interrogante grande en mi corazón: ¿Verdaderamente Jesucristo es el Rey de mi vida?  Porque que Dios reine en mi vida es tenerlo por encima y único de todas las cosas, que nada ni nadie me pueda separar de Él. Y sin embargo no es así, me veo débil y a la primera de cambio me olvido tan fácilmente de todo lo que hace cada día por mí. 
DESDE LO SINDICAL
(mujer, casada, con dos hijos, trabaja, pertenece sindicato y a grupo cristiano)
¡Cuánto nos cuesta aceptar nuestra responsabilidad sobre las cosas que hacemos o dejamos de hacer! Como representantes que somos de los trabajadores siempre encontraremos a personas que “critiquen”nuestro trabajo sindical. Sería estupendo poder contentar a todos en sus aspiraciones y necesidades, pero es necesario aceptar que esto no es posible y que cada compañero puede interpretar de forma diferente cualquier cosa que hagamos o digamos. Sin embargo ante cada crítica: revisemos nuestras motivaciones, nuestras líneas de trabajo,… si la crítica es justa digamos como el ladrón: “Lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos”. Asumamos las consecuencias, intentemos rectificar el error, veamos en qué podemos mejorar y hagámoslo. 

DESDE LOS MÁRGENES DE LA JUSTICIA
(matrimonio, con un hijo, trabajan ambos en tribunales de justicia, pertenecen a grupo cristiano)
Acabo de terminar una sesión de juicios de faltas en la que los diversos denunciantes mantenían sus denuncias contra los denunciados. Así ha ocurrido en todos salvo en uno. Se trataba de una chica a la que cuando cierto día iba andando tan tranquila por la calle, un vecino de su barrio, al parecer deficiente mental, le había agredido dandole varios puñetazos. Al llegar al juicio y pese a estar asustada por lo ocurrido,ha manifestado que no quería nada contra aquel hombre pues entendía que era un enfermo, y el denunciado ha quedado absuelto.
Qué ejemplo de misericordia y perdón, renunciando a las leyes de este mundo para atenerse a las del Reino de Dios. 
DESDE LA POLÍTICA
(hombre, soltero, concejal electo, pertenece a grupo cristiano)
En muchas ocasiones en el mundo en el que vivimos, se hace complicado entender que un Rey, tal y como es Jesús, se manifieste de esta manera, humillado, ultrajado, etc, pero desde luego es una imagen que refleja muy a las claras de que su reino, no es de este mundo, pero sí se puede empezar en él. En el mundo de la política en concreto, ese mundo debe trasladarse en trabajar desde el AMOR, el RESPETO, la TOLERANCIA, porque esos son los valores que construyen ese Reino del que nos habla Jesús. Muchas veces en la actividad política se piensa que se está por interés, que se va a machacar al adversario político, etc, sin embargo mi fe, y mi creencia en ese Reino me hacen actuar de forma diferente, teniendo como único fin el construir, poniendo mi pequeño granito de arena, un mundo diferente.

DESDE LAS RELACIONES PERSONALES
(matrimonio,trabajan ambos, pertenecen a grupo cristiano)
La BURLA. Cuando pensamos en nuestra relación diaria con los demás, es fácil encontrarla. A veces puede aparecer de manera sutil, estar escondida tras lo que llamamos “bromas”, que hieren al “blanco” de las mismas. La gravedad que percibimos en una burla, es bien distinta según seamos el emisor o el receptor. Quizás con esa burla hacia el otro, lo que intentamos es no pensar en “lo nuestro”, para que no nos haga daño, como le sucede tal vez al malhechor que insulta a Jesús.
Pidamos al Señor que nos ayude a tomar ante los demás la actitud del otro malhechor, el que reconoce su acción y el justo pago por ella. Solo reconociendo con honestidad nuestros fallos y “pecados”, dejaremos de juzgar los de los demás. Y solo así alcanzaremos la misericordia de Dios, la salvación, el Paraíso.

DESDE LO SOCIAL
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro y directivo de movimientos sociales, y de grupo cristiano) 
Me llama especialmente la atención de la lectura de este domingo el hecho cierto de que, hoy igual que ayer, los mansos no se salvan como los poderosos y violentos esperan. Tienen sus propios caminos, que no coinciden con la sabiduría del mundo. Toda una enseñanza para nuestra vida.
Los cristianos confesamos a Cristo como Rey cuando creemos con toda seguridad que, finalmente, el bien triunfará sobre el mal. A pesar de lo difícil que pueda parecer en determinados momentos, el final de esta batalla ya está decidido y caerá de nuestro lado: triunfará el amor de Cristo, en nosotros y en el mundo. Y eso significa que, aunque no veamos los frutos de nuestro seguimiento de Jesús, ni una pizca del amor que hayamos entregado caerá en saco roto. Cada acto de amor comprometido y fraterno es, nada menos, un ladrillo del Reino de Dios, que crece y se edifica ya, aquí y ahora, en medio de nosotros.
Nuestra sociedad, como la de Jesús, está enormemente necesitada de una revolución guiada por los valores evangélicos. Es necesario recuperar la dignidad de toda persona humana, especialmente de las más débiles y marginadas, fecundando las relaciones sociales y las estructuras políticas y económicas con la levadura del Evangelio. Y cada uno de nosotros está llamado a ello, no como un deber impuesto desde el exterior, sino como una pasión que nos brota desde dentro.
Aceptando nuestras responsabilidades como obreros del Reino sabemos que nos espera un duro trabajo. No será fácil, pues no lo fue para Él y los discípulos no seremos más que el maestro, pero tampoco nos pesará demasiado, porque -si Cristo vive en nosotros- lo haremos con toda naturalidad, agradecidos ante el amor de nuestro Padre bueno y misericordioso.
Yo le doy gracias al Señor por ser nuestro camino y nuestra vida, y por tantos testigos que con su vida nos han mostrado la realidad de su Reinado. Y le pido que nos ayude a saber aplicar nuestros dones para que den fruto para su Reino.

PARA REZAR
(hombre, casado, trabaja, con un hijo)
Que no se me olvide, Señor, que al final de mi arrepentimiento está siempre tu perdón…
Que no se me olvide, Padre, que al acabar mi ruego aguarda tu esperanza…
Que no se me olvide que al compartir mi sufrimiento contigo encuentro sentido a seguir luchando…
Padre, que en la cruz te descubra lleno de misericordia, que sea tolerante con mi prójimo…
Jesús crucificado, que en la persecución demuestras fe y paz inquebrantables, que en las tribulaciones de mi vida cotidiana no pierda la referencia de la Palabra y el Amor de Dios Padre…
Y así sentir presente la realidad de tu reinado y de los valores de tu Reino, donde no caben ni el rencor, ni el reproche, que no entiende de más poder que el del Amor, ni más alimento que la reconciliación…
Padre, que sea como el malhechor arrepentido, y gire mi rostro humilde y temeroso para mirarte, para pedirte auxilio, perdón y compañía.
    
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