DOMINGO 13 de noviembre 2005
XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA ECONOMÍA DOMÉSTICA
(mujer, casada, con cuatro hijos, miembro de comunidad cristiana de matrimonios)
Reconozco que desde siempre esta parábola me ha dado cierto escozor porque qué mejor que ir sobre seguro y guardar lo que tenemos.
¿A quién no le da miedo arriesgar? ¿A quién no le resulta mucho más cómodo hacerlo así? ¿No es mucho más fácil dejarse vencer por la rutina?
¡Fuera pereza! De lo que tengo, debo producir. Invertir de tal manera que me sirva para crecer. Ajustar el presupuesto, con las facturas observar todo aquello que he comprado superficialmente, y sobre todo ¿me estoy acordando de aquél que tiene menos que yo?.
DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, con una hija, enferma de cáncer, dejó de trabajar)
"...llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes..." La parábola de los talentos, que tantas veces hemos leído tiene para mí un sentido muy especial en estos momentos. Esos "talentos" que Dios nos ha dado, esos DONES, que son fruto de su amor para con nosotros no se pueden desperdiciar. No tenemos derecho a desperdiciarlos, ni siquiera en esos momentos en los que podemos pensar, que Dios no nos favorece, que Dios les da a otros mucho y a nosotros nada, o casi nada. Pero no es así. A pesar de mi enfermedad yo siento los dones de Dios en mí, y siento la responsabilidad de no guardarlos bajo tierra. No son mérito mío, aunque algunas personas lo pudieran pensar, son fruto del Amor y por tanto, con Mucho Amor tengo que entregarlo a los que me rodean, para que den fruto. Y de esa forma yo alcanzo a sentir la dicha del deber cumplido y del Amor de Dios.
DESDE LA EXCLUSIÓN SOCIAL: TRANSEÚNTES
(hombre, soltero, trabaja, pertenece a comunidad cristiana, voluntario de patrulla de calle en ONG católica )
Dicen que Jesús hablaba en parábolas, porque era una forma de hacerle entender al pueblo, de una manera sencilla, distintos mensajes. Pues en este caso, creo que mi entendimiento está muy por debajo del que tiene el pueblo, ya que creo que necesito otra parábola que me explique la del evangelio de esta semana. Al menos a mí, la actitud del Señor de esta parábola me resulta despreciable y propia de un auténtico tirano.
No puedo abstraerme en esta lectura de la figura del Señor y creo entender -permítanme la libre interpretación- que Jesús no está haciendo referencia a Dios, sino que está realizando una crítica al comportamiento de los señores de la sociedad de la que fue contemporáneo y que vemos que no dista mucho de la actual. Si analizo la actitud que Jesús mostró con los excluidos durante su vida, sólo me vienen a la cabeza palabras como: entrega, ternura, empatía, servicio, amor.... lo que contrasta con la actitud mostrada hacia el empleado que enterró su talento. Lo cierto es que sólo faltaba que al que nada tiene, encima le exijamos un rédito. Quizás sea eso lo que Jesús quiere denunciar de nuestra sociedad: que no permitamos que se le reclame lo mismo (si no más) al pobre que al rico o al desheredado que al poderoso.
DESDE LA PERSPECTIVA LABORAL Y SINDICAL
(hombre, casado, sin hijos, empleado de empresa; el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
No recibido.
DESDE LA MIGRACIÓN
(matrimonio, sin hijos, se han desplazado a otro país por motivos laborales)
El venir hasta aquí, nos ha obligado a cambiar lo cotidiano. Eso nos ha permitido cuestionarnos sobre nuestra vida en España y reflexionar sobre ella. Nos hemos dado cuenta lo poco que explotamos nuestro talentos, el poco fruto que dan. Nos hemos sentido realmente empleados negligentes y holgazanes. En el Evangelio, el impedimento del que recibe un talento para multiplicarlo, es el miedo. Eso es lo que le paraliza. Nosotros tampoco hacemos muchas cosas por el miedo: a lo nuevo, a lo desconocido, al fracaso, al que dirán Aunque el entorno que tenemos aquí es acogedor y nuestras posibilidades buenas, al no encontrarnos en nuestro ambiente, es muy fácil multiplicar todos miedos. ¡Cuánto miedo no tendrá, gente que ha emigrado, en unas condiciones muchísimo peores que las nuestras! Cuánta tristeza con lo difícil que se hace alejarte de los tuyos Cuánta impotencia al mirar atrás.
DESDE LA PARTICIPACIÓN SOCIAL
(hombre, casado, con dos hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana )
El evangelio de hoy nos dice que debemos ser eficaces y eficientes en nuestro trabajo por el Reino, poniendo lo mejor de nosotros (nuestra vida) para conseguirlo. Y la eficacia en el trabajo a nivel social significa ir consiguiendo mayores cotas de justicia social ("por la justicia se nos dará la paz") en un mundo radicalmente injusto. En esto se medirá nuestro compromiso por el Reino. Por tanto, es mejor arriesgar en la vida para y por la causa de Jesús, que ser negligente y holgazán-como el siervo- que, por temor a perder su seguridad, se cierra sobre sí mismo, resultando su vida estéril y falta de sentido.
DESDE LA PERSPECTIVA POLÍTICA
(hombre, casado, trabaja, milita en partido político, concejal electo, pertenece a comunidad cristiana)
Ser empleado fiel o infiel, esta es la cuestión. Lo cierto es que en demasiadas ocasiones soy infiel y no doy todo lo que se espera de mi en el plano político. Cuando la gente te vota es porque tiene esperanzas puestas en ti, pero por desgracia, todos nos desanimamos cuando vemos que nuestro trabajo no conduce a nada y por el contrario, tu contrincante político lo utiliza para desprestigiarte personalmente y, ciertamente, a los que no comemos de la política, sino de nuestra profesión liberal, esto se nos hace bastante complicado, de todas formas, procuraré mejorar.
DESDE LA RELACIÓN DE PAREJA Y VIDA FAMILIAR
( matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana )
Nos gustamos mucho, ¿cómo no?, si no, no nos hubiésemos casado. Nos admiramos el uno del otro y además nos lo decimos frecuentemente. Creo que somos afortunados porque Dios nos concede muchas cosas. Y, no es que creamos que tenemos muchos talentos. No, nada de eso. Sino que todo, por poco que sea, nos viene de Dios. Todo lo que somos, todo lo que hemos formado, es gracias al Señor. Nuestra pequeña familia, con todas sus imperfecciones, sus quehaceres y sus pequeños y grandes milagros, todo es fruto de los talentos que nos da Dios. Pero cuando Dios nos pide cuentas, no queremos mostrarle solo a nuestra familia, sino desde ella, desde nuestro amor, desde el amor a nuestros hijos, desde el amor a nuestros padres, etc., también debemos disponer nuestros talentos a los demás. Que la familia, no sea una excusa para ser holgazanes, ni que el matrimonio sea el fin de la disposición al prójimo, ni la implicación en la sociedad en la que vivimos, ni el fin de seguir potenciando nuestros talentos, porque lo importante es trabajar siempre por el Reino y dar frutos abundantes.
DESDE LA PERSPECTIVA DEL TERCER MUNDO
(hombre joven, soltero, voluntario de ONG en Marruecos, pertenece a una comunidad cristiana)
"Siempre que he leído este relato me he preguntado por qué "al que tiene se le dará y al que no, incluso lo poco se le quitará"; esas palabras del Señor, la verdad, es que me desconciertan. Pero ahora que trabajo tan de cerca con gente, con personas necesitadas y que están tan acostumbradas a que se les de todo, lo veo y comprendo. Pues hay madres de niños del Centro que vienen para que les ayudemos; desde hace tiempo seguimos la política de no dar nada por nada, sino que se lo ganen, aprendan y puedan así "independizarse" en todos los sentidos. Así vemos y comprobamos como hay unas que lo poco que se les da, lo fructifican, trabajan y producen bastante más de lo que se esperaba. Otras en cambio no hacen nada, se sientan y esperan a que les sigamos dando y poniéndole todo por delante. ¿Cual es la reacción lógica que tenemos? pues no ofrecerle nada más, no darle más e incluso quitarle lo que se le ha dado (la oportunidad, la matrícula de un curso, la plaza del niño .....), y pasa automáticamente la oportunidad o a otra o incluso a aquella mujer o familia que aprovechó su oportunidad, teniendo así más oportunidades, pues se lo han ganado. Esto sin duda es también lo que he de hacer yo, cada día, en cada momento, en cada trabajo (grande o pequeño) que se me presenta. Así y solo así pondré a trabaja el "talento" que Dios me ha dado. No se si lo estaré haciendo, tan solo se que he de orar mucho la Palabra para no "enterrar" el talento. Cuento con la ayuda de Dios, de mis hermanos de comunidad, de Seglares Claretianos y de la gente por y para la que trabajo".
DESDE LA VIVENCIA ECLESIAL
(hombre, casado, trabaja, espera un hijo)
Ciertamente la Palabra nos impulsa al servicio, a la generosidad en la puesta a disposición de nuestros dones y virtudes. Esa invitación, ese compromiso parece claro y teóricamente asumido en todos los foros cristianos. En cambio, todo nuestros pequeños mundos están llenos de cristianos y católicos de Iglesia, de templo, incluso de comunidad... que derrochan talento en sus profesiones, que exprimen sus virtudes en el terreno laboral, y que en cambio a su compromiso con los valores del Reino le dedican las migajas de sus posibilidades. Es complicado el equilibrio, porque surge la necesidad de ganarse la vida, de responder expectativas... pero bien es cierto que encontramos tiempo y espacio para la vida profesional, para el ocio, para la actividad social y familiar, y en cambio nos resulta sencillo articular excusas para no vivir con intensidad el evangelio o nuestro compromiso eclesial: cansancio, ocupaciones sociales o familiares, necesidad de ocio... Frente a esto sólo cabe un profundo discernimiento sobre nuestras prioridades, y sobre nuestro ser cristianos; porque sólo viviendo y sintiendo profunda y consecuentemente esa experiencia de ser seguidores de Cristo e Hijos de Dios llamados hoy y ahora a testimoniar los valores del Reino; hallaremos la fuerza para darnos. Esto es, hacemos lo que somos, porque ser aquello que hacemos nos puede llevar al agotamiento, al vacío, y a buscar excusas... demos gratis, lo que gratis hemos recibido... Y qué gran realización es experimentar que esos dones y facultades que Dios te ha dado sirven y tienen sentido en los demás; qué gran alegría descubrirse instrumento de Dios en lo poco y en lo mucho... No vale esconderse, no vale reservarse.
DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (Año - A)
13 de noviembre de 2005
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (25, 14-30)
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
[Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.""]