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Crisis? What Crisis?

Francisco Carín -

    Estas tres palabras, crisis, ¿qué crisis? Hicieron historia en la anterior crisis económica mundial, la del petróleo y sus postreros coletazos. Fueron atribuidas a Jim Callaghan por entonces Primer Ministro del Reino Unido, quien parece ser nunca las pronunció, y ayudaron a la caída del poder del partido laborista en dicho país. Esta frase pasó al acervo popular gracias al LP de Supertramp del mismo nombre.

    Hoy en día no se si hay alguien en el mundo interconectado en el que vivimos que no sepa acerca de la crisis. En China también sabemos, y aunque el gobierno nos recuerda insistentemente que los pilares de la economía China están firmes pese a la tempestad financiera mundial y los titulares parecen siempre presentar a China salvando al mundo occidental (especialmente a EE.UU.) del lío en el que nos han metido a todos, la realidad no es tan positiva como  nos la pintan. China necesita un crecimiento de al menos 8% anual para simplemente dar a basto con la gente que va a buscar empleo cada año, para no crear más paro y con ello malestar social -que en china ha sido causa importante de  incidentes populares contra el sistema, como Tiananmen 1976/1989 y Shanghai 1986, ya que al no ser un sistema democrático, su única “justificación” es que funciona, que cumple su función de desarrollar, modernizar y traer prosperidad al pais. El crecimiento este año ha sido reestimado entre el 9 y el 10%, mas o menos un 9.5% y para el año que viene las estimaciones son entre 7.5 y 9.2%, dependiendo de la efectividad de las medidas (nacionales e internacionales) tomadas para paliar la crisis financiera. Bastantes empresas en Cantón (el motor inicial del boom económico Chino) han cerrado. Miles de trabajadores se han encontrado de la noche a la mañana sin empleo, y las más de las veces sin paga de despido; el gobierno local ha tenido que salir al paso y pagar algo de dinero a los trabajadores que, con razón, empezaban a agitarse. Las exportaciones están bajando alarmantemente -alguno de mis conocidos trabajan en el mundo mercantil marítimo y me aseguran que llenar barcos entra, hoy en día, en el terreno de lo milagroso.

    Por supuesto que el gobierno Chino tiene las arcas llenas de dinero de los beneficios de la Balanza Comercial de los recientes años; es más, en el 2009 la economía todavía va a contar con jugosos beneficios en la balanza de pagos y va a ayudar a paliar algo los efectos inmediatos de la crisis, pero eso no quiere decir, al menos en China, que las bases económicas no estén empezando a horadarse... China necesita crecimiento fuerte por al menos otros 10-15 años para no estancarse y caer en un peligroso desequilibrio económico (costa-interior) que provoque desestabilización y fragmentación social.

    No pocas grandes empresas -Chinas incluidas, están empezando a mirar más allá de China y trasladar su manufactura no cualificada -que China todavía necesita debido a la gran cantidad de mano de obra no cualificada que busca trabajo- a Vietnam y otros países del sureste asiático, ante el aumento del costo de la mano de obra en China. Esta gente sencilla de la China profunda ha ido emigrado en estos 30 años de desarrollo y apertura a los núcleos económicos de la costa, y están pagando con el sudor de su frente los estudios y el progreso de las zonas de interior. Si la crisis se agudiza, aún seria mayor la cantidad de gente que no tendría acceso a la educación y por tanto quedaría relegada a mano de obra no cualificada... un pescado que se muerde la cola. Un año de educación universitaria en China sale por unos 1000 euros. Aunque pueda sonar barato, para mucha gente entra dentro de lo inimaginable pues su sueldo mensual es de 90-100 euros; eso en ciudades grandes como Pekin o Shanghai, que si uno va al interior es aun menos. En una ciudad a 500 Km. de Beijing que visité hace poco los curas reciben de la diócesis unos 400 RMB (algo menos de 40 Euros) mensuales para sus gastos personales.

    Esta crisis financiera clama al cielo y el sentimiento general en occidente es que me han engañado, a la ida y a la vuelta. Me han estrujado con los precios inmobiliarios y las hipotecas hasta dejarme como tierra reseca agostada, sin agua, y después han utilizado lo poco que tenía para dárselo al que ya tiene y de sobra, rescatando empresas cuyos ejecutivos y directivos han estado cobrando sueldos millonarios que rayaban en lo inmoral. Casi como el salmo me parece que mis enemigos se ríen de mi, de nosotros: al ir íbamos llorando llevando nuestras semillas; al volver volvemos gimiendo, pues no hay gavillas.

    El actual sistema económico basado en la idea de que el egoísmo personal termina beneficiando a la sociedad en conjunto -algo que en principio suena difícil de creer- ha demostrado que eso no es del todo cierto. El egoísmo personal puede que beneficie a la larga a la sociedad, pero solo en condiciones de laboratorio, como Galileo y su experimento en la Torre de Pisa de mis clases de Física. Según mi querido profesor P. Radillo en condiciones ideales de vacío absoluto una bola de acero y una pluma caerían a la misma velocidad atraídas por la gravedad terrestre con una aceleración de unos 9,8m/s2.  En condiciones normales (habitualmente no existen vacios absolutos en torno a Pisa y su torre) la bola cae mas rápida que la pluma y si estás debajo de la torre turisteando es mas recomendable un golpe de pluma que uno de bola de hierro, según la misma física E=mc2 nos asegura. En condiciones normales, el egoísmo personal puede acabar haciendo pagar el pato a todos. Por egoísmo personal se echa melamina en la leche, se hacen encurtidos con materias primas dañadas, se construyen puentes que se caen al poco de inaugurarlos, se invaden países para liberarlos (del petróleo que tienen), se reclasifican terrenos otrora protegidos, se cortan árboles en zonas de interés ecológico... Y si el egoísmo es de sed de poder, mejor no hablar.

    No critico sólo a la sociedad “extra ecclesiam”; como cristianos deberíamos sacar primero la viga del propio ojo antes de empezar a ver pajas ajenas. ¿Cuánto de la negativa a siquiera discutir el acceso de los sacerdotes al matrimonio -aceptable en iglesias tan o más antiguas que la Romana, o de la mujer al ministerio sacerdotal, o a promover de verdad las iglesias locales y la autonomía de estas -incluida la consulta real al pueblo de Dios (y su sensus fidelium/fidei) en la elección episcopal-  no es sino reflejo de este egoísmo-sed de poder que decimos termina beneficiando a todos? Tema para orar con sosiego: Del Farisaísmo y sus reencarnaciones.

    Los antiguos a veces decían cosas sabias, aunque hoy les consideremos casposos y fuera de onda, ya se llamen, Jesús, Platón o Isaías. Hablando de los ritos y su necesidad, Xunzi, filósofo chino, dice ...al nacer, el hombre tiene deseos. Si no obtiene lo que desea, no descansa hasta hallar satisfacción. Si intenta hallar satisfacción sin imponerse medida alguna y sin repartir limites, habrá ineludiblemente rivalidad. Esto provoca el desorden, lo cual conlleva el agotamiento de los recursos.

    Si me hubieran dicho que Xunzi es filosofo contemporáneo y esta describiendo el estado del mundo actual, el modo en que nuestra economía se entretiene y regocija aniquilando la ecología planetaria (humana y no humana) me lo creería. Pues no, vivió hace unos 2300 años... y parece que desde entonces no hemos cambiado mucho y seguimos sin creer que el sentido común es el menos común de los sentidos, y cuando alguno nos lo recuerda cual profeta, cuando menos nos reímos de el, y alguna que otra vez, simplemente, lo aniquilamos.

    ¿Va a ser esta crisis, por fin, la gota que colme el vaso y nos devuelva el sentido común, esto es, que o somos todos o no es nadie? ... Quisiera que sí, pero por lo que se va escuchando, va a terminar siendo que no, solo un susto más que capearemos con algunos daños colaterales, como siempre los más inocentes. Al final, lo del apocalipsis va a ser cierto, no porque Dios lo quiera, sino porque nosotros mismos nos lo hemos buscado.

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