"Nos sentimos Iglesia de Jesús, y queremos trabajar una comunión sólida con nuestros pastores, con los seglares y con todo el pueblo de Dios". Así se expresaba esta mañana el presidente de Confer, Alejandro Fernández Barrajón, durante la rueda de prensa de apertura de la XV Asamblea General de los religiosos españoles. Un encuentro que abordará el cambio en los estatutos de este organismo -que potenciarán el papel del laico y la estructura zonal, y no diocesana, de Confer-, y que servirá para poner de manifiesto un estilo de Iglesia que, desgraciadamente, viene siendo acosada por distintos sectores, obispos incluidos. Tanto es así, que desde hace tres años la Conferencia Episcopal no invita a los religiosos, como era tradición, a participar en las Asambleas Plenarias. "Nuestras relaciones con la Conferencia Episcopal están estancadas", asumen desde Confer.
Pese a todo, Barrajón quiso quitar hierro a las difíciles relaciones entre obispos y religiosos en España, diferenciando sin decirlo entre obispos y Episcopado. Que, sobre todo en España, no siempre es lo mismo. Así, incidió en que "las relaciones con los obispos son realmente buenas", aunque tuvo que reconocer que "en España no tenemos excesivos momentos de encuentro con los obispos, y deberíamos tener más". Entre los rumores más extendidos en el ámbito intraeclesial, los intentos por parte de algunos prelados -con Jesús Sanz, obispo de Jaca, a la cabeza- por crear una suerte de "Confer bis". "Hemos abordado este asunto con la Comisión Episcopal para la Vida Religiosa -resaltó el mercedario-, y se nos ha dicho que no hay nada de nada. Además, la unidad entre religiosos es muy sólida, e incuestionable". Otra cosa es, como señaló, "que haya gente que lance esos rumores interesados".
Lo que sí es cierto es que "en Roma nos tratan con un afecto exquisito", y que "las relaciones son muy buenas con el Nuncio", y que "no hemos tenido un encuentro con Rouco"… y que desde hace tres años -coincidiendo con la presidencia de Barrajón, la Secretaría General del Episcopado declinó invitar a la cúpula de los religiosos a sus asambleas. "Sí participamos a través de la Comisión Episcopal de la Vida Consagrada", matizó Barrajón, pero no, como sucedía antes, en todas las reuniones (excepto en las reservadas).
En otro orden de cosas, Barrajón apuntaló que, hoy, "la vida religiosa está muy viva, muy cerca de la gente, muy despierta para leer los signos de los tiempos que vivimos y buscar respuestas a los grandes desafíos que se nos presentan". Especialmente, en cuatro ámbitos de frontera: "la educación, la exclusión, la juventud y la Teología". Todo un programa de trabajo, ahora que algunos de nuestros obispos no ven con buenos ojos el debate teológico, el papel de la juventud ni a los colegios religiosos.
Todo ello, reconociendo que los números de la vida religiosa "no son nuestro mejor aval". Así, en España existen 6.500 comunidades (sin contar la vida monástica), que aglutinan a 10.034 religiosos y 35.855 religiosas, a los que hay que sumar los 15.200 religiosos españoles que ejercen la misión en todo el mundo. Y, ojo: 3.600 jóvenes en formación, el doble de los seminaristas. Que no es para echar cohetes, pero tampoco para echarse las manos a la cabeza. Y, sobre todo, una presencia asociada al compromiso con los más pobres y a la solidaridad, en el mundo de los ancianos, los enfermos, los vagabundos, la marginación, la prostitución, la inmigración, la cárcel, la educación, el mundo rural…
…"evangelización y apuesta por los derechos humanos", en fin. Evangelio.
Extraído de EL BARÓN RAMPANTE (Religión Digital)
