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Comentario seglar al Evangelio del Domingo 20 del Tiempo Ordinario

Laiconet -

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN San Mateo 15,21-28
Mujer, qué grande es tu fe

 
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor

Cristiano en Verano

Desde la Playa
(por hombre, casado, con tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)


Duro evangelio el del Domingo, con un mensaje muy claro, LA FE SALVA con independencia de tu raza, sexo, clase social o incluso si eres como un "perro" para la sociedad en la que vives. Aprovechemos este tiempo de descanso para "salir al camino en busca de Jesús", como la cananea, que su presencia en lo cotidiano aumente nuestra fe, eso nos dará fuerzas para hacer que nuestra vida sea una constante muestra de la presencia de Dios en este mundo. Nada más y nada menos.

Desde la Participación en la JMJ
(Joven estudiante, soltero, pertenece a grupo parroquial, participa en la JMJ 2011)

En estos días en los que se acercan jóvenes de todo el mundo a nuestros hogares para ser acogidos, descubrimos entre ellos a más personas que confían en Jesús para deshacerse del mal, que en tantos momentos de  nuestra vida que nos acompañan de forma distinta. En eso coincidimos con la mujer cananea que desesperadamente busca ayuda en Jesús. Ella, también nos da un toque de atención donde nos recuerda la universalidad de la fe, una fe que Dios concede incluso a los "perros" de ahora; todos necesitamos conocer y hacer vida la Buena Noticia. Si queremos que otros cultiven esa fe, nosotros debemos cuidar nuestra fe, confiando plenamente en Dios y dejándonos caer en sus brazos. Para ello contamos con dos ejemplos evangélicos, a quienes podemos imitar en su enorme fe: con María, la mujer del SÍ; y en este evangelio con el ejemplo de la cananea, que con su inacabable fe consiguió el milagro que necesitaba de Jesús. Seamos instrumentos que Jesús pone en nuestro ambiente para que demos testimonio de Él con TODAS nuestras acciones.

    
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