Comentario seglar al Evangelio del domingo 15 de agosto de 2010
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN Lucas 1,39-56
El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Señor
Desde la Playa
(por hombre, casado, con tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)
"El Magnificat, la oración de María; recuerdo como hace ya tiempo participé (en verano precisamente), en la colonia que los claretianos organizaron por pueblos de Almería, y que muchos conocéis por campo de compromiso; en ella todas las noches, después de haber sido "enviados" por cada pueblo que pasamos para estar con la gente, vivir con ellos, y más que nada aprender de su sencillez, nos reuníamos en la Iglesia cada grupo y finalizábamos la jornada entonando esta lección de acción de gracias. Si el otro día os pedía una sonrisa, hoy me pido y os pido, que esta noche y las que vengan (si es posible), después de terminar vuestro día, cojáis de la mano a quién tenéis a vuestro lado y oréis de la misma manera que María, masticando cada palabra del Magnificat, como acción de gracias por todo lo que tenemos, y por todo lo que hemos recibido. La verdad que esta oración de alegría nos viene muy bien para esta época de verano, a mi me contagia una sonrisa de recuerdos imborrables, y espero que a ti también, que la alegría de Isabel y de María inunde nuestro verano.
Peregrino del camino de Santiago
(por hombre, soltero, trabaja y pertenece a comunidad cristiana)
El evangelio de este domingo comienza presentándonos a María como peregrina que se pone en camino, siguiendo la llamada de Dios, para darse a los que la necesitan,
en este caso su prima Isabel. Para los que hemos sentido la llamada a hacer el Camino de Santiago, María representa un modelo a seguir: alegre, constante, agradecida, disponible y generosa. Desde su sencillez y gran fe, ella cumple la voluntad de Dios, amándole y amando a los hermanos.
María, como humana, también tuvo sus dudas iniciales y temores ante el plan que le proponía Dios, pero su fiarse de Él, su gran confianza en la elección que hace el Señor, le lleva a decir “sí”, con todo lo que supone. Incluso en aquellos momentos de su vida en que María no comprende las cosas, simplemente sigue confiando en Dios y poniendo todo en su corazón de Madre.
Pidámosle a Dios, por intercesión de María, que cuando sintamos su llamada nos mostremos disponibles y digamos un sí a sus planes. Él también nos elige a nosotros, nos llama personalmente y nos hace este regalo; a veces no entendemos por qué, pero si tenemos fe y aceptamos, Dios nos irá guiando en el camino.