Carta de adviento 2010
Queridos Amigos de Buenafuente:
El Año Litúrgico se inicia con el tiempo de Adviento. Al contemplar los textos bíblicos que selecciona la Iglesia para proclamarlos en la celebración eucarística, se descubre la intensa llamada a la espera, convertida por gracia en esperanza teologal, fundada en la fidelidad de la Palabra de Dios que nos promete la visita del Señor.
Actualmente, este tiempo litúrgico coincide con circunstancias sociales menesterosas de confianza y de optimismo. Por diversos motivos, de manera especial por la precariedad laboral, necesitamos el mensaje de los profetas, que en tiempos de angostura se atrevieron a augurar el florecimiento del desierto, la restauración de casas en ruinas, la repoblación de ciudades deshabitadas. Pero sobre todo, anunciaron la compasión de Dios y su opción de venir a nuestro mundo como máxima manifestación de amor. Cada uno podemos convertirnos en mediadores de esperanza con gestos compasivos.
El Adviento es un tiempo permanente, pues todos aguardamos no sólo la venida gloriosa del Señor, sino el encuentro personal con su misericordia, la que esperamos nos conceda el día en que seamos llamados de este mundo y la que cada día necesitamos debido a nuestra debilidad.
Por la fe se nos permite dar crédito a las Sagrada Escritura y a los acontecimientos que cambiaron la historia por el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo, que vino en nuestra carne como mejor forma de redimirla.
Somos llamados a la esperanza cristiana, secreto por el que podemos afrontar toda circunstancia en actitud de abandono confiado, pues desde la opción de Dios de hacerse hombre, tenemos la certeza y la seguridad de su acompañamiento solidario y próximo.
Guarda en tu memoria o reaviva el recuerdo de aquellas palabras, acontecimientos, experiencias que sabes que fueron verdad, y aunque pases por la oscuridad de la fe, por la prueba de fuego, la referencia luminosa te despolarizará de las imágenes negativas y pesimistas.
Te indico tres llamadas:
Espera. Los creyentes han tenido la sagacidad de esperar contra toda esperanza. Espera en silencio la salvación del Señor.
Espera. Nunca los acontecimientos históricos son del todo realización de las hipótesis. Cuando lo imaginado se convierte en historia, siempre cuenta con la ayuda y acompañamiento de Dios.
“Espera en el Señor, sé valiente, espera en el Señor, que volverás a alabarlo”.
Próximos encuentros
En Buenafuente:
- Día 22 de noviembre, paso de la Cruz de los jóvenes.
- Días 26-28 de noviembre, Jornada de Desierto y Encuentro de ADVIENTO
- Días 3–8 de diciembre, Ejercicios Espirituales y VIGILIA DE LA INMACULADA
En Madrid: Día 21 de diciembre, Encuentro de oración.