Carta a los amigos de Buenafuente - Marzo 07´
El día 21 de febrero, miércoles de Ceniza, comenzábamos nuestra “cuenta atrás” en el camino hacia la Pascua. Camino personal y comunitario por el que cada uno de nosotros debemos pasar si deseamos acompañar a nuestro Señor en su Pascua, en nuestra Pascua.
Camino recorrido en nuestro quehacer diario, pero a la vez camino de purificación interior y exterior.
Silencio, oración, austeridad, soledad, abstinencia, compromiso… todo nos puede ayudar a preparar nuestro encuentro con el Señor, pero nos hace falta algo mucho más importante, la conversión de nuestro corazón.
Estos días son muy propicios para abrir un poco más nuestros sentidos a la escucha atenta de la Palabra, donde el Señor se nos manifiesta diciéndonos:
- rasgad los corazones y no las vestiduras
- ora a tu Padre
- no he venido a salvar a los justos sino a los pecadores
- el Espíritu le iba llevando por el desierto
- vosotros rezad así
- a esta generación no se le dará más signo que el de Jonás
- quien pide, recibe
- vete primero a reconciliarte con tu hermano
- sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto
- Dios hace alianza con Abrahán, el creyente
- perdonad y seréis perdonados
- aprended a obrar bien y a obedecer
- bendito quien confía en el Señor
- ojalá escuchéis hoy su voz
- poned por obra loa mandatos
- el que no está contra mí, está conmigo
- el Señor nuestro Dios es el único Señor y lo amarás
- quiero misericordia y no sacrificios
- apoyado en la esperanza creyó
- te he constituido alianza de un pueblo
- cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy
- el Señor está conmigo como fuerte soldado
¿Qué más podemos pedir para vivir una santa cuaresma, si la Palabra nos marca el itinerario…?
Si todavía no has entrado en la andadura del camino aún estás a tiempo, recórrelo paso a paso, sin prisa pero sin pausa; lánzate a vivir el camino de conversión y purificación verdadera que el Señor nos va marcando a cada uno, personal y comunitario.
Que seamos capaces de poner por obra la Palabra del Señor, para vivir una feliz y santa cuaresma, ahora y cada día de nuestra vida; pues ésta nos llevará a la Pascua, el encuentro definitivo con el Señor.
Vuestras hermanas de Buenafuente