Benedicto XVI: las llagas de la humanidad curadas por quien esparce signos de esperanza
Antes de enviar felicitar por la Pascua en 63 idiomas, el Papa ha pedido a los cristianos de todo el mundo y a los “hombres y mujeres de ánimo sinceramente abierto a la verdad” convertirse al amor, no cerrar el corazón a la omnipotencia de este amor que redime.
Jesucristo ha muerto y resucitado por todos: “Él es la esperanza auténtica para todo ser humano”. “¡Cuántas veces -ha recordado Benedicto XVI- las relaciones entre personas, grupos y pueblos, están marcadas por el egoísmo, la injusticia, el odio, la violencia, en vez de estarlo por el amor.
Son las llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta, aunque a veces ignoradas e intencionadamente escondidas”, que esperan, ha concluido el Papa, “ser curadas por las llagas gloriosas del Señor resucitado y por la solidaridad de cuantos, siguiendo sus huellas y en su nombre, realizan gestos de amor, se comprometen activamente en favor de la justicia y difunden en su alrededor signos luminosos de esperanza en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad de la persona humana continúe siendo denigrada y vulnerada”.
Es allí, ha dicho el Papa, donde se tienen que multiplicar “los testimonios de benignidad y de perdón”.