Abierto por vacaciones. Evangelio Seglar para el Domingo XX del Tiempo Ordinario
Los seglares que comentan el Evangelio cada domingo, se toman un descanso. En Septiembre se reanuda el servicio habitual.
En AGOSTO ofrecemos cada semana un comentario realizado mientras se disfruta de las vacaciones y en referencia a ellas.
Lectura del santo evangelio según San Lucas 12, 49-57
Vine a traer fuego
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vine a traer fuego a la tierra, y, ¡cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, y, ¡qué angustia siento hasta que esto se haya cumplido! ¿Piensan que vine a traer paz a la tierra? No he venido a traer la paz sino la división. En adelante en una familia de cinco habrá división: tres contra dos, dos contra tres. Se opondrán padre a hijo e hijo a padre, madre a hija e hija a madre, suegra a nuera y nuera a suegra
Desde la Playa
(por hombre, casado, con tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)
Los días pasan, más rápido de lo que uno quiere, algunos serenos, relajados, otros vertiginosos y molestos. No todo es como se nos vende en las redes sociales. Las familias también tienen malos días, días de levante, como se dice por Cádiz. Es en esos días donde se hace necesario poner todo de nuestra parte, donde se fraguan los cimientos, donde se descubre el amor, el perdón, la debilidad, la sinceridad, días necesarios para que todo se purifique, días en definitiva, para poner en el centro lo importante, y por lo tanto días necesarios, fundamentales.
El levante, poca gente aprecia su lado bueno, los que lo conocemos, esperamos su visita, no necesitamos mas de tres o cuatro días para llenarnos de su fuerza, de su agitación, todo lo mueve y lo conmueve, el agua se vuelve cristalina, el baño es una delicia, el paisaje se hace soñado, días de levante, días de verano y de verdad.
La palabra de este Domingo nos enseña en parte algo de esto, Jesús se nos presenta como un viento poderoso, arrasa con su mensaje los corazones de cada persona que tiene la suerte de reconocerle, y de esperarle. Esa llama, ese viento, que divide, que levanta a la gente de sus comodidades, ese es nuestro Dios, que purifica y que todo lo vuelve cristalino y claro. No huyamos del Dios que divide, vayamos en busca de esa verdad incontrolable. Un abrazo.