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31. Opción preferencial

Alfredo Maria Pérez Oliver, cmf -

La Exhortación “La alegría del evangelio” me parece un compás. Un brazo fijo en el centro y el otro da vueltas y vueltas cercanas al centro o lejanas que “señalan caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años” (E.G.1)

Y aparece pronto la preocupación para estar alerta porque “ En el mundo de hoy, con la velocidad de las comunicaciones y la selección interesada de contenidos que realizan los medios, el mensaje que anunciamos corre más que nunca el riesgo de aparecer mutilado y reducido a algunos de de sus aspectos secundarios.”(E.G.34)  Y quede claro que lo esencial del mensaje no puede ser otro que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Esa es la única fuente de la renovación y nos tenemos que abrir plenamente a ella. No perdiéndonos en mil cosas marginales.

Así pues con los ojos fijos los ojos en Jesús, para no olvidar que “En este núcleo fundamental lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado.”(E.G.36)

Para mejor comprensión de este núcleo fundamental afirma que “El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres” (E.G.197)

Esta afirmación tiene su visibilidad en la conducta de Jesús de Nazaret. Salvo algunas excepciones, lo vemos junto a los campesinos pobres de Galilea y no junto a los terratenientes de Séforis  o de Jerusalén. Lo vemos rodeado de multitud de gente sencilla que le presenta sus necesidades y las de los suyos: paralíticos o leprosos o desquiciados mentales y endemoniados. Para vosotros –les dice- es felicidad la Buena Nueva del Reino. Porque la gran Noticia es que Dios es Padre de todos y exige que llegue la misericordia, el amor, la justicia.

José A. Pagola nos recuerda en el libro escrito a seis manos “Fijos los ojos en Jesús” que según el relato de san Lucas, el Espíritu de Dios empuja a Jesús hacia los más pobres. En Nazaret se aplica a sí mismo el texto de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres, para dar liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de Gracia del Señor… Hoy se ha cumplido ante vosotros esta Profecía” (Cf. Lc.4,16- 21).

Ahí aparecen los preferidos de Jesús: los pobres, los cautivos, los ciegos, los oprimidos. Este situar las perspectivas de nuestra acción con los más pequeños, nos recuerda el Papa, es tarea de” todos  los cristianos estamos llamados a cuidar de los más frágiles de la tierra”(209) Y no pierde comba para repetirlo: El 31 de marzo recibe a cinco jóvenes belgas  y les cuenta que alguno le  tacha de comunista porque hablaba mucho de los pobres. Y afirmó rotundamente con un matiz muy a  tener en cuenta: “¡Esta es la bandera del Evangelio, la pobreza sin ideología!.” Ojo al dato: sin ideología.

Consecuencias inmediatas.

Pero el Papa no se queda en teorías y enseguida recuerda que los bienes están destinados  al uso común y “respetando la independencia  y la cultura de cada nación, hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad.” (190).

Por tanto unos rotundos “No a una economía de la Exclusión. No a la nueva idolatría del dinero. No a un dinero que gobierna en lugar de servir. No a la inequidad que genera violencia.” Hay que leer enteros los números 53 al 59. Pero con cuidado, porque es una bomba lapa que puede explotar.

Y no se calla y afirma con fuerza su rechazo a una economía que mata y excluye. A los defensores de la teoría del “goteo”, según la cual cuando los ricos tienen mucho, rebosan de sus copas bienes suficientes para alimentar a lo pobres, el Papa los rechaza. Con los datos de la realidad, demuestra la falsedad de esa teoría de los poderes económicos.

La dimensión social de la Evangelización

Todo un capítulo cuarto y casi cien números dedica  para demostrar que “el kerigma tiene un contenido ineludiblemente social…”El contenido del primer anuncio tiene una inmediata repercusión moral cuyo centro es la caridad.” (177)

Ya antes ha reclamado “un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos y les avisa que sin ese cambio será imposible erradicar la violencia y tarde o temprano provocará su explosión. (Cf 58 y 59)

Esa reacción violenta se podrá evitar cunado se acepte el salario justo. Y esa afirmación suscita la necesidad de pagar un precio justo por las materias primas y las cosechas de los pueblos del llamado tercer mundo. Y cito un párrafo del número 202, al que sólo falta añadir ¿Os enteráis los del FMI (Fondo Monetario Internacional) : “ La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no sólo por una exigencia pragmática…Los planes asistenciales que atienden aciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema.” Recuerdo en este momento, la desesperada declaración que Sedu Sengor, el primer Presidente democrático del Senegal, al volver de una reunión en la ONU: “Mientras no paguen el precio justo de nuestras materas primas y productos, no podremos nunca levantar cabeza.” Y recientemente el Cardenal Maradiaga hizo pública la confidencia de un miembro, creo del FMI.: “No se empeñe Sr. Cardenal, no hay voluntad política”

Pero el Papa sigue erre que erre y desciende a puntos concretos. Los niños por naces que son los más indefensos. La trata de personas: Este crimen mafioso y aberrante…los ancianos cada ves más solos y abandonados…lo migrantes en talleres clandestinos… la eutanasia camuflada…el cuidado de la creación…la desertificación.

En fin hay que leerla entera y darla, en dosis y camuflada, a los poderosos, que no la quieren leer porque son enemigos de la luz.

Y con estas ráfagas cumplo lo prometido. En varios cantarillos he señalado unos puntos clave de la Exhortación “La Alegría del Evangelio”. Pero no he agotado el tema y veremos que corrientes llegan rumorosas y cristalinas para llenar más cantarillos. Y amigos y amigas lectoras, el agua de estos cantarillos darla de beber a los sedientos que encontréis en el camino.

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