120. Parábolas del Reino
Ya hace mucho tiempo que me siento encandilado por la manera que el Apóstol Pablo recuerda su encuentro con Jesús en el camino de Damasco. Dice: “Fui atrapado, alcanzado por Cristo Jesús Y ahora soy yo el que corro para darle alcance”. Dicen los expertos que la expresión usada aquí tiene la fuerza con la que el águila real se lanza en picado y atrapa a la paloma. (Cf. Fil.3.12-14).
Hay que insistir en que el cristianismo es vivir un encuentro personal, entrar en una relación personal con Jesús es muy diferente a entrar en relación con personas humanas. Es aceptar que Jesús es mi Señor y mi Dios. Lo que quiere decir que en Él he encontrado el sentido de mi vida, mi alegría. Mi ilusión por alcanzar el sublime conocimiento que me lleva a considerar que todo en la mi vida ha de ser enfocado desde la mirada de Jesús, porque “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi” (Gal.2.20) Esa mirada que ilumina el mundo .Como dice Benedicto XVI: “Entre los griegos, el bautismo se denominaba ‘phötismós’, iluminación, llegar a la luz, convertirse en vidente. Se me abren los ojos. Veo esta dimensión por entero distinta que soy incapaz de percibir sólo con los ojos corporales” (“Últimas conversaciones” pg 42) Por eso mandó a sus discípulos que fueran al mundo entero a enseñar lo que Él había enseñado.
Su enseñanza está prendida en un género muy original que nos presentan los Evangelios. Estas enseñanzas van envueltas en imágenes, comparaciones, rasgos alegóricos que llevan suficiente luz para que lo entiendan los sencillos y humildes y suficiente oscuridad para que no lo descubran los sabios de este mundo. Las parábolas revelan lo que Jesús quiere decir, cuando se está en el “secreto del reino”: “A vosotros se os ha comunicado el misterio del reino de Dios, pero a los de fuera todo les resulta enigmático, de modo que: por más que miran, no ven, y por más que oyen, no entienden”(Mc.4,11-12), No se puede entender el mensaje evangélico cuando se está rechazando la nueva realidad que es contraria a ambiciones e intereses. El conjunto de las parábolas da la impresión de que Jesús pone el horizonte a unas alturas exageradas para llamar la atención de que la vida puede ser de otra manera. Dice lo que no tiene que ser y enseña lo que debe ser. Y esta perspectiva descoloca y desconcierta,
La primera enseñanza que se debe aprender es la verdadera imagen de Dios. Cambia la imagen que la gente con frecuencia tiene de Dios. Concreto:
1º.- El Dios Castigador.
Un andaluz con la guasa de su tierra, comentaba que en el Colegio le enseñaron que Dios castiga a los malos y a los buenos como se descuiden. Y que tiene bien anotado todos los pecados y fallos en un cuadernillo rojo. Imagen que aún perdura como fruto de una predicación algo tremendista, Esa no es la imagen que nos presenta el Nuevo testamento.
2º.- El Dios Misericordioso.
El mensaje central del N. T. está formulado claramente: “Pero Dios, que es rico en misericordia y nos tiene un inmenso amor, aunque estábamos muertos por nuestros pecados, nos volvió a la vida junto con Cristo.” (Ef. 2. 4 sgg). “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de todo consuelo” (2ª Cor. 1,3). Aquí es oportuna una cita de Santa Margarita Mª Alacoque. La cito porque la santa impulsó en gran manera la devoción al Corazón de Jesús y sus revelaciones, aunque privadas, son de las más aprobadas por varios Papas: “De este divino Corazón manan sin cesar tres arroyos: el primero es el de la misericordia…”
Sin duda alguna Jesús de Nazaret con su vida, sus gestos, su mensaje es el rostro visible de la misericordia del Padre. Los exegetas nos muestran varias parábolas que completan desde varias perspectivas la enseñanza de Jesús sobre la Misericordia:
- Oveja perdida y dracma extraviado. (Lc.!5, 3-10)
- El Hijo pródigo. (Lc.15, 11-32)
- El buen Samaritano. (Lc.10.25-37)
- El Fariseo y el Publicano.(Lc. 18.9-14)
- El mendigo Lázaro y el rico epulón. (Lc. 19-31)
- Viñadores malvados. (Mt. 21, 35-46)
Es evidente que por primera vez estas parábolas van dirigidas a todo el pueblo de Israel. Per su mensaje es para todos los tiempos y lugares. Hay que saber aplicarlas. Pondré un par de ejemplos. En nuestra Iglesia se dan con matices los personajes de la parábola del Hijo pródigo. ¿Con cual de ellos me visibilizo?” En el hijo calavera, en intransigente hermano mayor, en padre siempre a la espera, en los criados que se limitan a cumplir órdenes…
El segundo ejemplo viene desde la parábola de los viñadores malvados y asesinos. Son castigados y la viña se alquila a otros que entreguen a tiempo su fruto. ¿No es clara la situación de nuestro mundo occidental secularizado y con ateísmo militantes para hundir la Iglesia?
Y la Iglesia Europea que durante siglos se ha creído el centro doctrinal y pastoral marcando rumbos, humillada debe aceptar que ya ha cambiado el panorama y las Iglesias de Asia, África y América pisan fuerte en el mundo occidental.
Las carabelas están de vuelta y llevan a USA, Canadá, naciones europeas, no ya esclavos, sino fervorosos sacerdotes indios, indonesios, filipinos, colombianos, guatemaltecos, nigerianos… y sigue la lista. Es claro que la Iglesia centro europea, ha dado paso a un multicentrismo. Todo con pros y contras. Hay que procurar superar los contras y favorecer los pros. No hace falta demostración porque esa realidad salta a la vista. Servirá de meditación el ahondar en las causas por lasque la viña se da a otros que den los frutos a su tiempo. Este tema lo trata, con la profundidad habitual, el Papa Emérito en “Últimas conversaciones”(Pgs 60 y 61) ,
Las parábolas del Reino de Dios
Vamos a presentar ahora, el segundo bloque de parábolas referidas al Reino de Dios o como escribe Mateo “Reino de los Cielos” porque su Evangelio va dirigido primariamente a judíos convertidos que tienen prohibido pronunciar el nombre de Dios y usan eufemismos. Un Reno de Dios que cautiva de tal modo que no son pocos que ofrecen su entrega en virginidad. No han nacido incapacitados, ni son violentamente incapacitados, sino que voluntariamente eligen no casarse “por el reino de los cielos. Quien pueda poner esto en práctica que lo haga.( Mat. 19,12). Más aún entregan toda la vida y felices por dar la vida por Su Dios y Señor Jesucristo. El día 21 de este mes de Octubre han sido beatificados 109 ¡ciento nueve! Claretianos que gozosos prefirieron morir antes que renunciar a su fe y a su vocación.
Jesús explica lo que es este Reino de Dios que seduce hasta entregar totalmente la vida, en diez interpelantes parábolas que me disponía a describir, cuando el cantarillo rebosa. Ya no cabe más. Llenaremos con ellas el siguiente cantarillo. Mientras tanto hay para meditar con las parábolas de la misericordia. Buen otoño deseo a mis amigos y que las ilusiones y el entusiasmo por seguir al Maestro Jesús, acompañados de nuestra Virgen Madre por supuesto, no caigan como caen las hojas de los árboles. Recuerdo el poema de Espronceda:
“Hojas del árbol caídas
juguetes del viento son.
Las ilusiones perdidas,
¡ay! son hojas desprendidas
del árbol del corazón.
Cicerón dijo que no se envejece por los años,
sino por la falta de ideales.
Para mantener nuestro árbol en plena vitalidad, con ilusiones e ideales, es importante, como aconsejaba siempre el P. Claret el “el plan de vida”, que ahora se dice “proyecto personal.” Pero redactado examinada la situación del momento. Escrito y evaluado periódicamente. Es un fenomenal consejo del cantarillo número ciento veinte.¡Tomen nota!