Bienaventuranzas de la Vida Religiosa

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Bienaventuranzas de la Vida Religiosa

Bienaventuranzas de la Vida Religiosa

Desde el concilio Vaticano II hasta nuestros días el magisterio eclesial ha afirmado y ratificado reiteradamente que la vida consagrada se caracteriza por una entrega «al radicalismo de las bienaventuranzas», sin cuyo espíritu el «mundo no puede ser transformado ni ofrecido a Dios».
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Desde el concilio Vaticano II hasta nuestros días el magisterio eclesial ha afirmado y ratificado reiteradamente que la vida consagrada se caracteriza por una entrega «al radicalismo de las bienaventuranzas», sin cuyo espíritu el «mundo no puede ser transformado ni ofrecido a Dios».
al radicalismo de las bienaventuranzas
Desde el concilio Vaticano II hasta nuestros días el magisterio eclesial ha afirmado y ratificado reiteradamente que la vida consagrada se caracteriza por una entrega «al radicalismo de las bienaventuranzas», sin cuyo espíritu el «mundo no puede ser transformado ni ofrecido a Dios».

Autor : ANGEL APARICIO RODRIGUEZ

Añadido el : miércoles, 5 de octubre de 2005
Las bienaventuranzas ocupan un lugar privilegiado en el evangelio de Mateo. No cabe duda que vienen a ser como la Toràh para el nuevo pueblo, al menos en el sentido y con el alcance que se le daba a la enseñanza de los rabinos: Una Toràh oral, según el Dt 30,14. No es necesario adentrase en el mar para encontrar los mandamientos del Señor, sino que la Toràh «está cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica».
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Las bienaventuranzas ocupan un lugar privilegiado en el evangelio de Mateo. No cabe duda que vienen a ser como la Toràh para el nuevo pueblo, al menos en el sentido y con el alcance que se le daba a la enseñanza de los rabinos: Una Toràh oral, según el Dt 30,14. No es necesario adentrase en el mar para encontrar los mandamientos del Señor, sino que la Toràh «está cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica».
CAPíTULO PRIMERO: AL PIE DEL MONTE
Las bienaventuranzas ocupan un lugar privilegiado en el evangelio de Mateo. No cabe duda que vienen a ser como la Toràh para el nuevo pueblo, al menos en el sentido y con el alcance que se le daba a la enseñanza de los rabinos: Una Toràh oral, según el Dt 30,14. No es necesario adentrase en el mar para encontrar los mandamientos del Señor, sino que la Toràh «está cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica».

Autor : ANGEL APARICIO RODRIGUEZ

Añadido el : miércoles, 5 de octubre de 2005
La primera palabra que pronuncia Jesús es ésta: «¡Dichosos! ¡Bienaventurados!». Es una dicha constatada y proclamada que se repite hasta nueve veces. Como si el Señor nos quisiera rebosantes de dicha. El número tres por tres da como resultado una dicha incontenible capaz de transfigurar la existencia y de convertir nuestra tierra en cielo.
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La primera palabra que pronuncia Jesús es ésta: «¡Dichosos! ¡Bienaventurados!». Es una dicha constatada y proclamada que se repite hasta nueve veces. Como si el Señor nos quisiera rebosantes de dicha. El número tres por tres da como resultado una dicha incontenible capaz de transfigurar la existencia y de convertir nuestra tierra en cielo.
CAPíTULO SEGUNDO : LA DICHA EVANGÉLICA
La primera palabra que pronuncia Jesús es ésta: «¡Dichosos! ¡Bienaventurados!». Es una dicha constatada y proclamada que se repite hasta nueve veces. Como si el Señor nos quisiera rebosantes de dicha. El número tres por tres da como resultado una dicha incontenible capaz de transfigurar la existencia y de convertir nuestra tierra en cielo.

Autor : ANGEL APARICIO RODRIGUEZ

Añadido el : miércoles, 5 de octubre de 2005
La riqueza no hace la felicidad —suele decirse— pero contribuye a ella. La pobreza por el contrario no viene sola, sino cortejada por compañeras poco deseables: desgracias, hambre, discriminación, sufrimiento, opresión, etc.
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La riqueza no hace la felicidad —suele decirse— pero contribuye a ella. La pobreza por el contrario no viene sola, sino cortejada por compañeras poco deseables: desgracias, hambre, discriminación, sufrimiento, opresión, etc.
CAPÍTULO TERCERO :DICHOSOS LOS POBRES DE ESPíRITU
La riqueza no hace la felicidad —suele decirse— pero contribuye a ella. La pobreza por el contrario no viene sola, sino cortejada por compañeras poco deseables: desgracias, hambre, discriminación, sufrimiento, opresión, etc.

Autor : ANGEL APARICIO RODRIGUEZ

Añadido el : miércoles, 5 de octubre de 2005
<b>CAPÍTULO CUARTO: EL REINO DE DIOS</b>
Precisamente por causa del Reino de los cielos, vosotros habéis hecho voto a Cristo, con generosidad y sin reservas, de estas fuerzas de amor, de esta necesidad de poseer y de esta libertad para regular la propia vida, cosas todas ellas tan preciosas para el hombre
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<b>CAPÍTULO CUARTO: EL REINO DE DIOS</b>
Precisamente por causa del Reino de los cielos, vosotros habéis hecho voto a Cristo, con generosidad y sin reservas, de estas fuerzas de amor, de esta necesidad de poseer y de esta libertad para regular la propia vida, cosas todas ellas tan preciosas para el hombre
CAPÍTULO CUARTO: EL REINO DE DIOS Precisamente por causa del Reino de los cielos, vosotros habéis hecho voto a Cristo, con generosidad y sin reservas, de estas fuerzas de amor, de esta necesidad de poseer y de esta libertad para regular la propia vida, cosas todas ellas tan preciosas para el hombre

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Añadido el : martes, 4 de octubre de 2005
<b>CAPÍTULO QUINTO : LOS MANSOS POSEERÁN LA TIERRA</b><br/>
Somos un pueblo en camino, un pueblo en éxodo. La llamada al seguimiento nos ha obligado a abandonar el mar de nuestros afanes y a dejarlo todo. Nos hemos si-tuado al pie de la montaña con toda nuestra pobreza, proclamada dichosa. Somos los continuado¬res de la muchedumbre que está en torno a Jesús, y de aquellos otros, no pocos, que se retiraron a la soledad, atraídos por el tesoro escondido y de-dicados a la búsqueda de Dios
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<b>CAPÍTULO QUINTO : LOS MANSOS POSEERÁN LA TIERRA</b><br/>
Somos un pueblo en camino, un pueblo en éxodo. La llamada al seguimiento nos ha obligado a abandonar el mar de nuestros afanes y a dejarlo todo. Nos hemos si-tuado al pie de la montaña con toda nuestra pobreza, proclamada dichosa. Somos los continuado¬res de la muchedumbre que está en torno a Jesús, y de aquellos otros, no pocos, que se retiraron a la soledad, atraídos por el tesoro escondido y de-dicados a la búsqueda de Dios
CAPÍTULO QUINTO : LOS MANSOS POSEERÁN LA TIERRA
Somos un pueblo en camino, un pueblo en éxodo. La llamada al seguimiento nos ha obligado a abandonar el mar de nuestros afanes y a dejarlo todo. Nos hemos si-tuado al pie de la montaña con toda nuestra pobreza, proclamada dichosa. Somos los continuado¬res de la muchedumbre que está en torno a Jesús, y de aquellos otros, no pocos, que se retiraron a la soledad, atraídos por el tesoro escondido y de-dicados a la búsqueda de Dios

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Añadido el : lunes, 3 de octubre de 2005
<b>CAPÍTULO SEXTO : El consuelo de los que lloran</b><br/>
Si hemos experimentado el consuelo de Dios, seremos dichosos en la aflicción, y podremos consolar a otros con el consuelo con que Dios nos consuela.
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<b>CAPÍTULO SEXTO : El consuelo de los que lloran</b><br/>
Si hemos experimentado el consuelo de Dios, seremos dichosos en la aflicción, y podremos consolar a otros con el consuelo con que Dios nos consuela.
CAPÍTULO SEXTO : El consuelo de los que lloran
Si hemos experimentado el consuelo de Dios, seremos dichosos en la aflicción, y podremos consolar a otros con el consuelo con que Dios nos consuela.

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Añadido el : domingo, 2 de octubre de 2005
<b>CAPÍTULO SEPTIMO : Los hambrientos serán saciados</b><br/>
Mientras experimentamos el hambre y la sed de la justicia, seremos dichosos, porque Dios ya se insinúa en nuestra hambre y en nuestra sed, y un día nos colmará con su justicia.
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<b>CAPÍTULO SEPTIMO : Los hambrientos serán saciados</b><br/>
Mientras experimentamos el hambre y la sed de la justicia, seremos dichosos, porque Dios ya se insinúa en nuestra hambre y en nuestra sed, y un día nos colmará con su justicia.
CAPÍTULO SEPTIMO : Los hambrientos serán saciados
Mientras experimentamos el hambre y la sed de la justicia, seremos dichosos, porque Dios ya se insinúa en nuestra hambre y en nuestra sed, y un día nos colmará con su justicia.

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Añadido el : martes, 10 de mayo de 2005
<b>CAPÍTULO OCTAVO :  LOS MISERICORDIOSOS ALCANZARÁN MISERICORDIA</b><br/>
La misericordia sintetiza el ser cristiano, según lo escrito por Lucas: Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso  (Lc 6,36).
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<b>CAPÍTULO OCTAVO :  LOS MISERICORDIOSOS ALCANZARÁN MISERICORDIA</b><br/>
La misericordia sintetiza el ser cristiano, según lo escrito por Lucas: Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso  (Lc 6,36).
CAPÍTULO OCTAVO : LOS MISERICORDIOSOS ALCANZARÁN MISERICORDIA
La misericordia sintetiza el ser cristiano, según lo escrito por Lucas: Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso (Lc 6,36).

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Añadido el : martes, 5 de abril de 2005
<b>CAPÍTULO NOVENO : LOS LIMPIOS DE CORAZÓN</b><br />
El hombre puede relacionarse con Dios, acercarse o alejarse de Él, merced al corazón, capaz de escuchar e incluso de desatender la voz divina.
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<b>CAPÍTULO NOVENO : LOS LIMPIOS DE CORAZÓN</b><br />
El hombre puede relacionarse con Dios, acercarse o alejarse de Él, merced al corazón, capaz de escuchar e incluso de desatender la voz divina.
CAPÍTULO NOVENO : LOS LIMPIOS DE CORAZÓN
El hombre puede relacionarse con Dios, acercarse o alejarse de Él, merced al corazón, capaz de escuchar e incluso de desatender la voz divina.

Autor :

Añadido el : lunes, 4 de abril de 2005