Liturgia Viva del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Discipulado Radical

Saludo (Ver Segunda Lectura)
Cristo nos ha llamado a la libertad
para servir a Dios
y para servirnos unos a otros.
Que este Espíritu liberador
esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante

Cuando oímos las exigencias radicales que Jesús impone a quienes quieren seguirle, quizás pensamos que éstas son para gente con vocación especial en la Iglesia, como sacerdotes, religiosos y misioneros. Pero se supone que esas exigencias son para todos y cada uno de los discípulos. Una vez que decidimos seguirle, tenemos que ser consistentes. Tenemos que amar, aun cuando el amor imponga sacrificios. Tenemos que amar incluso a los enemigos. Tenemos que ser honestos hasta la médula. ---Pero si logramos hacer esto, nos percataremos de lo felices y libres que nos sentimos. Pedimos ahora al Señor que sepamos seguirle siempre, fielmente.

Acto Penitencial
No siempre hemos tenido el coraje de seguir al Señor, especialmente cuando eso nos resultaba difícil. Le pedimos ahora que nos perdone.
(Pausa)
  • Señor Jesús, queremos y estamos dispuestos a seguirte. Danos valor cuando ello nos exija sacrificio.
    R/ Señor, ten piedad de nosotros.
  • Cristo Jesús, queremos y estamos dispuestos a seguirte . Mantennos fieles cuando la gente nos rechace o nos ridiculice por causa tuya.
    R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
  • Señor Jesús, queremos y estamos dispuestos a seguirte, pero perdónanos cuando miramos atrás y cobardemente retrocedemos.
    R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Perdona nuestra timidez y cobardía, Señor, mantennos en el camino recto. Y llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta

Pidamos a Dios la fuerza para seguir a Jesús a dondequiera llevarnos.
(Pausa)

Oh Dios, Padre fuerte y bondadoso: Por medio de Jesús, tu Hijo, nos revelas cómo el amor es un don que procede de ti, y que nos convoca a darnos sin vacilación. Queremos ser sus discípulos, y así te pedimos: Abre nuestros oídos a su llamado, para que nos comprometamos con manos y corazones abiertos a seguirle radicalmente y hasta el fin en un servicio gozoso y fiel a ti y a los hermanos.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús el Señor.
  • Primera Lectura (1 Re 19,16b.19-21): Sigan al Señor sin Condiciones 
    Llamado a ser profeta de Dios, Elías quiere añadir condiciones a su respuesta. Se le hace comprender que tiene que seguir a Dios sin reservas y sin condiciones, como persona libre.
  • Segunda Lectura (Gal 5, 1.13-18): El Espíritu de Libertad
    Cristo murió para hacernos personas realmente liberadas y libres; libres de nuestro egoísmo y de todo lo que nos pueda alienar. Su Espíritu de libertad vive en nosotros si sabemos cómo amar y servir.
  • Evangelio (Lc 9,51-62): Tenemos que Ser Libres para Seguir al Señor.
    Como Jesús al marchar hacia su muerte en Jerusalén, los discípulos deben renunciar a todo tipo de seguridades para ser fieles a la misión que Jesús mismo les ha encomendado y para estar libres para los hermanos.
Oración de los Fieles
Ya que estamos dispuestos a seguir a Jesús por el camino del evangelio, le encomendamos a él todos los sufrimientos y preocupaciones de nuestros hermanos, y le decimos:

R/ Renueva nuestro corazón y nuestro espíritu, Señor.
  • Señor Jesús, queremos seguirte, pero ¿debemos de verdad renunciar a todo? Danos arrojo y fortaleza para ello; y así te decimos:
  • Señor Jesús, queremos seguirte, pero ¿debemos de verdad exponernos a ser rechazados por muchos? Danos arrojo y fortaleza; y así te decimos:
  • Señor Jesús, queremos seguirte, pero ¿debemos realmente vivir sin tener siquiera un lugar donde descansar nuestra cabeza? Danos arrojo y fortaleza; y así te decimos:
  • Señor Jesús, queremos seguirte, pero ¿tenemos de verdad que renunciar a personas que nos son tan queridas? Danos arrojo y fortaleza; y así te decimos:
  • Señor, te rogamos también por los que te siguen por el camino de la cruz: enfermos, discapacitados, todos los que sufren. Dales también a todos ellos arrojo y fortaleza; y así te decimos:
Señor Jesús, tú sabes por experiencia cuánto le cuesta a una persona responder generosa y radicalmente a tu llamado. Ayúdanos con tu gracia a seguir adelante con ánimo y entusiasmo. Y sé para nosotros Señor y guía nuestro, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro: Este pan y este vino que hemos puesto sobre el altar expresan nuestro deseo y voluntad de seguir a tu Hijo, por el camino del amor generoso y altruista. Danos el Espíritu de tu Hijo, y te pedimos que, como él, nos sintamos libres para estar atentos los unos de los otros y para estar dispuestos a cumplir tu amorosa voluntad. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.

Introducción a la Plegaria Eucarística

Cristo Jesús, por su cruz y resurrección, nos hizo libres para llegar a ser el pueblo especial de Dios. Por esto le damos gracias al Padre.

Invitación al Padre Nuestro
Unidos en el Espíritu Santo, espíritu de libertad y de amor servicial, rogamos al Padre con la oración de Jesús, el Señor. R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males, y haznos verdaderamente libres para acoger y servir a los demás. No permitas que miremos atrás, ni siquiera a nuestros fallos, ya que tú los has perdonado ya, sino condúcenos resueltamente hacia adelante siguiendo fielmente las huellas de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. R/ Tuyo es el reino…

Invitación a la Comunión
Este es el Cordero de Dios que tomó decididamente el camino que le llevó a la cruz. Dichosos nosotros, invitados a comer su pan de fortaleza y a seguirle a dondequiera que él nos lleve. R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Señor, Dios y Padre nuestro: En esta celebración eucarística nos has dado la palabra y el cuerpo de tu Hijo para que formemos una comunidad de amor y servicio. Que él sea nuestra fortaleza para liberar a todos los que sufren de explotación y de miedo, para que todos nosotros seamos libres en Cristo Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: Jesús ha estado con nosotros en esta eucaristía para liberarnos de nuestros temores, del poder amortiguador del egoísmo, de nuestro pesimismo, y para abrirnos al poder de la vida, de la esperanza y de la juventud, a fin de que le sigamos sin vacilación en su camino hacia el Padre y hacia los hombres. Que esta paz se haga real en nuestras vidas de cada día. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.