Comentario al Evangelio del
Hoy celebramos la solemnidad de Santiago apóstol. Parece que de los apóstoles, por principio, hay que decir cosas buenas. Pero mejor nos vamos directamente al Evangelio y escuchamos lo que les dice Jesús.
Resulta que Jesús les echa una buena bronca a los discípulos. La razón es muy sencilla. Después de llevar tiempo hablando con ellos, enseñándoles sobre el reino de Dios, sobre la fraternidad y el amor mutuo, resulta que la madre de los Zebedeos se presenta ante Jesús para pedir para sus hijos los puestos de honor en ese reino. Es de suponer que los hijos estarían de acuerdo. Con ello se demuestra que no habían entendido nada de lo que les decía Jesús. Para ponerlo todo peor, el resto de los discípulos se enfadan con los dos hermanos, que les quieren quitar por medio de influencias maternas esos puestos de honor.
Debemos ser conscientes de que los juegos del poder, la lucha por el poder, por ser más que los demás, está presente en todo grupo humano. También lo estaba en el grupo de los apóstoles. Todos querían ser más que los demás, ocupar un puesto de más importancia, más cerca del líder... Estaba presente entre los apóstoles y está presente hoy también –nos guste o no reconocerlo– en la iglesia a todos los niveles: entre los obispos y en las parroquias.
Por eso, los cristianos tenemos que meditar muchas veces las palabras con las que termina el texto evangélico de hoy: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»
No sobra una palabra en este texto. Lo deberíamos tener en cuenta siempre y todos los días. Sobre todo cuando tenemos un puesto de responsabilidad, ya sea párroco, obispo, cardenal, papa o catequista o sacristán. No estamos ahí para tiranizar y oprimir sino para servir y dar la vida por los demás. Y que eso no sea un bla-bla-bla sino una forma de vivir, de actuar, de comportarnos. Eso es vivir en cristiano. A los apóstoles les costó mucho aprenderlo. Nosotros, casi seguro, todavía tenemos camino por delante hasta vivirlo un poco.

Deja tu mensaje:

Sixta fontalvo
el 25/7/15


Sixta fontalvo
el 25/7/15


Procopio
el 25/7/15


Doris0166
el 25/7/15


Augusto Serna A
el 25/7/15
Jesús tiene una manera sencilla de enseñar y lo hace desde su maravilloso ejemplo de vida, siendo el hijo de Dios se abaja hasta la condición de esclavo, siendo rico se hace pobre para enriquecernos con su pobreza, por eso nos dice que para ser el primero debemos colocarnos al servicio de los demás.


Jose Luis
el 25/7/15


Luis Alcocer
el 25/7/15


Emma Jáquez
el 25/7/15


Galofranco
el 25/7/15


Norberto
el 25/7/15
Como siempre les agradezco mucho a todos los que hacen posible estas reflexiones y este sitio Web.
Saludos desde Honduras.


guadalupe g.
el 25/7/15


Yanet Ocampo L
el 25/7/15


ELKIN ALZATE
el 25/7/15
SOY SERVIDOR DE MI PARROQUIA LA SANTA MADRE DE DIOS Y LES CUENTO QUE VIVO SUPER AGRADECIDO CON DIOS POR LAS COSAS TAN MARAVILLOSAS QUE HACE CONMIGO. REALIZO UN TRABAJO DESINTERESADO SIN APARENTAR A LOS HOMBRES, LO HAGO CON HUMILDAD, Y MUCHO AMOR Y EL RESULTADO YA SE LOS CONTE.
LOS INVITO A COMPARTIR CON AMOR,RECUERDEN QUE LA MEJOR PAGA NOS LA DA NUESTRO PADRE DIOS.
FELIZ DE PODER SEGUIR COMPARTIENDO, CON TODOS USTEDES ESTA REFLEXIONES Y TESTIMONIOS QUE CADA DIA ALIMENTAN NUESTRO ESPIRITU.


Susana Beatriz
el 25/7/15


Jorge Nildo
el 25/7/15
En muchos sentidos, la historia de los países, es la historia de las guerras y las revoluciones en las que la violencia es el común denominador. Oponer la paz a la violencia puede exigir valor y coraje hasta el límite de coronar mártires.
Sólo Dios Padre puede asignar un sitio de honor junto a su hijo amado y es muy probable que el mérito para tal distinción no será ostentar poder y dominio sino humildad y servicio.


guadalupe g.
el 25/7/15


ELKIN ALZATE
el 25/7/15
SOY SERVIDOR DE MI PARROQUIA LA SANTA MADRE DE DIOS Y LES CUENTO QUE VIVO SUPER AGRADECIDO CON DIOS POR LAS COSAS TAN MARAVILLOSAS QUE HACE CONMIGO. REALIZO UN TRABAJO DESINTERESADO SIN APARENTAR A LOS HOMBRES, LO HAGO CON HUMILDAD, Y MUCHO AMOR Y EL RESULTADO YA SE LOS CONTE.
LOS INVITO A COMPARTIR CON AMOR,RECUERDEN QUE LA MEJOR PAGA NOS LA DA NUESTRO PADRE DIOS.
FELIZ DE PODER SEGUIR COMPARTIENDO, CON TODOS USTEDES ESTA REFLEXIONES Y TESTIMONIOS QUE CADA DIA ALIMENTAN NUESTRO ESPIRITU.


José Antonio
el 25/7/15
Alabado seas Señor porque no revelaste estas cosas a los sabios sino a los pequeños.-

Alicia
el 25/7/15
Somos tan frágiles, que Pablo nos compara con vasijas de barro, y es que flaqueamos con facilidad, y a veces experimentamos, tristezas, llanto , inquietudes, debilidades, y temores, pero como dice Pablo nunca derrotados, quien experimenta la presencia de Cristo en su vida, es más fuerte para soportar cualquier adversidad que se le presente, y estas circunstancia externa » ver comentario