Comentario al Evangelio del
Hay un asunto en el Evangelio y en la vida cristiana que no hay que olvidar. Me refiero al tema de la responsabilidad personal. De alguna manera, y asumiendo todas las limitaciones que tiene nuestra libertad, tan condicionada por tantísimas cosas, somos los responsables de nuestras decisiones, del camino que vamos tomando en la vida, de cómo vamos rellenando ese libro en blanco que es la vida de cada persona al comenzar su andadura vital.
Obviamente esa responsabilidad personal hay que conjugarla con la misericordia, tan presente en el Evangelio. El amor del Padre es eso, amor de padre, amor infinito. Y ese es el prisma con el que nos mira. Pero eso no quita para que seamos llamados a crecer como personas y asumir las riendas de nuestra vida como seres adultos, responsables y maduros.
El evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos de las decisiones que tomamos. No podemos ser como niños que, cada vez que les pillan en falta, miran para otro lado y dicen que no sabían nada o que no se habían dado cuenta o, incluso, señalan a otro como culpable. El rico Epulón tiene una clara responsabilidad sobre su vida hecha de banquetes, de buena vida y, sobre todo, de no mirar a sus hermanos más pobres, representado en Lázaro, el mendigo de su puerta, como personas, de ser indiferente ante su dolor, su pobreza, su enfermedad.
Conocí una vez a un hombre que me dijo que no había visto nunca que en su país hubiese pobres por la sencilla razón de que siempre había viajado en el coche de su padre y éste tenía los cristales tintados. Ciertamente mientras que fue un niño pudo no ser responsable pero a partir de una determinada edad debemos empezar a asumir las consecuencias de nuestros actos. Para bien y para mal. A veces el asunto no consiste en que se nos presente un testigo delante. Esa presencia puede ser perfectamente inútil si nosotros no abrimos los ojos y el corazón a su presencia. Y lo de abrir los ojos y el corazón es responsabilidad nuestra. Aunque muchas veces nos cueste reconocerlo.
Otro día hablaremos de la misericordia de Dios. Pero no conviene olvidar lo comentado. Porque Dios no nos llama a ser perpetuos niños sino a crecer como personas libres y maduras.

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Yoly.Ort
el 5/3/15


Pablo Lopez Ber
el 5/3/15


R.VELIN
el 5/3/15


Miguel angel
el 5/3/15


Consuelo
el 5/3/15


isidro
el 5/3/15


Jorge Alberto
el 5/3/15


agueda
el 5/3/15


Stella Isaza
el 5/3/15


Marco guiracoch
el 5/3/15


jorge romero
el 5/3/15


Juan Carlos
el 5/3/15


Juan Carlos
el 5/3/15


Edgardo
el 5/3/15
Respecto a las tres veces que el texto de Jeremías menciona el corazón...
¿Cuán apartado del Señor está mi corazón?
¿Estoy plenamente consiente
de la falsedad y la enfermedad
que puede haber en mi corazón humano?
¿He pensado lo que significa y lo que implica que "el Señor penetra" y conoce mi corazón?
Buenas tardes. Bendiciones de Dios para todos(as).


Edgardo
el 5/3/15
Respecto a la indiferencia que muestra uno de los personajes del evangelio...
...no tiene desperdicio el mensaje de cuaresma 2015 del Papa Francisco.
Gracias a todos(as).


Gustavo Salas
el 5/3/15


U.SALDAÑA M.
el 5/3/15


Juan Carlos
el 5/3/15


Fr. Christian
el 6/3/15
Quiera Dios que nuestros corazones no se endurezcan y que seamos capaces de darnos con generosidad a los que estan tan cerca de nosotros para que asi podamos descubrir que al darnos entramos en la dinamica de don que se multiplica al ser entregado y recibido con corazon alegre.


Margarita
el 6/3/15
Amadísimo Padre: amarte sobre todas las cosas, buscarte por encima de todo, hacer tu voluntad..... Que nuestro mundo gire a tu alrededor, que seas nuestro Centro de Gravedad, que tu Ley y tu amor llenes nuestras vidas.... Todo lo demás vendrá por añadidura. No dejes que demos prioridad a nuestros afectos terrenales. Bendice a todos los foristas y a los Hermanos que tanto nos acercan a Ti con sus diarios comentarios.


lorena roldan
el 3/7/15

Cristian Herrer
el 4/3/15
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Hermanos (as). El Señor nos habla fuerte y preciso en este párrafo de la 1ra. Lectura y en el Salmo.
Estemos atento y vigilante (despiertos) como el os manda, (Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que el os diga; Juan 2-5).
Nosotros que estamos dispuesto hacer por los demás, no se trata de ricos y pobre somos todos iguales delante de nuestro Dios Padre, no por ser rico estarás en el crisol del horno o por ser pobre estarás en el seno con nuestro Padre que esta en los cielos, sino que se trata de una cuestión de conducta y de ser Indiferente y egoísta a los demás hermanos mas postergados, (viudas, oprimidos, huérfanos, indigentes, enfe » ver comentario