Comentario al Evangelio del
El tema del ayuno es un poco complicado. O no. Alguno me diría que basta con abstenerse de tomar carne los viernes de Cuaresma, además del Miércoles de Ceniza. ¿Dónde está la complicación? Visto así es realmente sencillo. Es algo realmente mecánico. No se come carne y ya se cumple. Claro que así llegamos al “cumplimiento”, que es siempre un poco de “cumplo” y de “miento”. Una vez más estamos diciéndonos mentiras a nosotros mismos. Si ese es el ayuno que vamos a hacer, mejor no hagamos nada. Quizá quiere decir, en el fondo, que hemos entendido muy poco o nada del Evangelio.
Porque ser cristiano no es cumplir una serie de normas externas. Es dejar que el mensaje del Reino nos llegue al corazón y actuar en consecuencia. No basta con ir a misa los domingos. Ni con ayunar los viernes de Cuaresma. Ni con recitar como un loro un padrenuestro y tres avemarías cada mañana. Ser cristiano es seguir a Jesús y amar a los hermanos y hermanas como él nos amó. Eso está muy por encima de unas cuantas reglas automáticas.
Vayan a la primera lectura y lean con atención. Ya en época del profeta Isaías había quienes ayunaban y se mortificaban, se vestían de saco y dormían sobre ceniza. A esos les dice Isaías que el ayuno que Dios quiere no es ese sino “abrir las prisiones injustas, dejar libres a los oprimidos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que va desnudo y no cerrarte a tu propia carne.” Con estas palabras no hacen falta muchas explicaciones.
Jesús viene a decir lo mismo. Sólo ayunan los que no tienen al novio consigo. Los que sienten viva la presencia del novio, como Jesús está vivo en medio de nosotros, no nos ocupamos de ayunar sino de construir la fraternidad, de compartir lo que tenemos con los hermanos. Eso, claro, exige sacrificio, compromiso, esfuerzo y trabajo. El verdadero ayuno es dejar de mirar sólo por nuestro propio interés y trabajar por el reino, la justicia y la paz. Dejaremos de comer carne si nuestro hermano tiene más necesidad que nosotros. Y compartiremos con alegría lo que tenemos. Ese es el ayuno que Dios quiere. En tiempo de Cuaresma y en todo tiempo.

Deja tu mensaje:

Jose del Carmen
el 20/2/15
Jc


trinidad
el 20/2/15


Jorge A.
el 20/2/15
Te pido Señor Jesús por los afligidos y necesitados, que tengan un descanso de sus problemas, que confíen en Ti, que los escuchas y cuidas. Con fe y esperanza en nuestro Señor Jesús que vive en nosotros, que quiere lo mejor de nosotros.
Gracias Señor.


RUTH S.S.
el 20/2/15


Francisco Lopez
el 20/2/15


isidro
el 20/2/15


gerardo
el 20/2/15


Stella Isaza
el 20/2/15


Roberto RB
el 20/2/15
Gracias Señor, Gracias Jesus, mi Padre, Hermano y Amigo.


Lucia C
el 20/2/15


.arco guiracoch
el 20/2/15


moralito
el 20/2/15
hasta aquellos que nos les hablamos y que no nos hablan. Hacer el bien sin mirar a quien. Bendiciones a todos


Carmen Delgado
el 20/2/15
Personalmente, le pido a Jesús que me ayude a amar, dar, servir, a preocuparme por los demás
que no me deje hacer cosas sólo para cumplir, que lo que haga sea inspirado por él y poderlo realizar desde lo más profundo de mi corazón y con el mejor deseo.


Margarita
el 20/2/15


Fidencio
el 20/2/15


Elio garcia
el 20/2/15


Teresa de Jesus
el 20/2/15
Bendiciones.

R.VELIN
el 20/2/15