Comentario al Evangelio del
Querido amigo/a:
¿De qué estás cansado/a? ¿Del ritmo de vida que llevas? ¿De esa relación personal que no termina de arreglarse? ¿De la falta de comprensión que los demás tienen hacia ti? ¿De las estructuras injustas sociales que te impiden realizarte y oprimen a muchos? ¿De que las cosas no salen como quisieras? ¿De que no te hacen caso? ¿Cansado de vivir? ¿De qué estás cansado? Piénsalo y exprésalo con sinceridad, sin autoengaños. Escúchate y dítelo a ti mismo, porque el Señor, a través de su Palabra, hoy nos hace una invitación muy concreta: ¡ven y descansa!
Por un lado, uno de los protagonistas del Adviento, el profeta Isaías, nos dice: … Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Y el Evangelio refuerza esta invitación con el imperativo que Mateo pone en boca de Jesús: Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Está muy claro, la invitación es que hoy encuentres algún momento de paz, en medio de tus rutinas diarias, para orar descansando; para abrir tu corazón a Jesús y enseñarle todos tus cansancios existenciales que no te dejan vivir, que te restan energías y te quitan alegría. Para dejar que la fuerza de la Gracia que nos llega a través del Espíritu Santo, reponga tus fuerzas, toque tus heridas, alivie tus cargas. Déjate querer por el Señor, descansa en Él, para un poco. Sin prisas, sin correr, sin ansiedad. Su acción es lenta, pero segura, reparadora. Sólo hay que dejarse hacer, ponte a tiro.
No sé si San Ambrosio encontró espacios para descansar en el Señor, seguro que sí, pues una vida tan activa y con tanta intensidad no es posible vivirla sin pequeños oasis de paz que repongan las fuerzas. Que este obispo y pastoralista que supo ganarse el corazón de su pueblo y gran estudioso y defensor de la fe interceda hoy por nosotros.
Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.

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DOLORES
el 7/12/11


elvia rosa B
el 7/12/11


Valmiro
el 7/12/11


Alberto
el 7/12/11


Carlos Eduardo
el 7/12/11
Más fácilmente los jóvenes se fatigan, tropiezan y vacilan, que los que confiamos en el Señor.
El “Ven Señor Jesús” que proclamamos en el Adviento, Jesús nos lo retorna invitándonos a ir hacia Él con el “Vengan a mí”. Nos promete el alivio y el descanso; nos compromete a cargar con su yugo, a trabajar para Él pero sin fatiga, más bien para hacernos partícipes de sus beneficios. Es así como “nos colma de gracia y de ternura”, dice el Salmo 102.
Aunque los planes de turismo de esta tem » ver comentario


JUANA TERAN
el 7/12/11


MAYELA.
el 9/12/11

Yasmín
el 7/12/11