Comentario al Evangelio del
Lo de los ángeles está muy de moda actualmente. Forman parte de esa religiosidad difusa, de esa espiritualidad que se expande por nuestro mundo invitando a las personas a vivir todo desde su interioridad y que cree en una especie de energía que invade el universo y con la que nos conectamos cuando hacemos silencio. Es como recargar el depósito del coche. Después de eso, vamos por la vida sintiendo aquí y allá esa fuerza positiva que nos anima a seguir haciendo lo mismo que hacíamos y a asumir lo negativo de nuestras vidas.
Pero esa espiritualidad tiene poco que ver con el Evangelio. El Evangelio no va de energías ni de lucecitas en la oscuridad. No va de imágenes acarameladas de angelitos en tonos pastel. Va de un hombre que salió a los caminos y se enfrentó a las autoridades de su tiempo. Va de un hombre que tomó la vida por los cuernos, que fue sincero consigo mismo, que no temió al qué dirán, que arriesgo por todo por aquello que para él era el centro de su vida: su profunda experiencia de Dios y su Reino.
El Dios de Jesús no tenía ningún parecido con una aspirina que calma nuestros dolores. Ni siquiera su objetivo era darnos la paz. El Reino es de los arriesgados, dijo. Y el Abbá de Jesús es el Dios liberador de todas las opresiones. Su voluntad es transformar este mundo para que todos sus hijos e hijas puedan vivir en libertad y justicia. Por eso Jesús entregó su vida. Por eso nos invita a nosotros a entregarla.
Los ángeles no son lucecitas ni energías positivas. Los ángeles no son comparsas inmóviles de la corte celestial –¡como si a Dios le hiciese falta una corte de aduladores!–. Los ángeles son una forma de hablar de la voluntad de Dios que no se queda en el cielo sino que baja a la tierra. Porque Dios no habita en esa nube difusa de espiritualidad y paz interior sino en el barro de esta tierra, en sus luchas y en sus compromisos por extender la fraternidad y el reino. Ahí podemos comenzar a hablar de los ángeles.

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Javier
el 29/9/11


jose manuel
el 29/9/11


patricia
el 29/9/11


Patricio
el 29/9/11


Gerardo
el 29/9/11
Personalmente ni creo ni dejo de creer en ellos. No veo
qué significación tienen para los hombres. Parecen ade-
cuados para un cuento de Navidad. Su representación
en la imaginería es curiosa: una cabeza con alas. Dicen
que cada uno tenemos un angel de compañero. El mío
parece estar enfadado conmigo pues no he conseguido
en toda mi larga vida tener diálogo alguno con él.


José Alberto
el 29/9/11
Podría poner, por favor, el comentario del domingo 27 para poder sacar algún material para la pastoral. Gracias y que el Señor le siga bendiciendo y a su equipo. Afmo. en el Señor


Augusto
el 29/9/11


CARLOS
el 29/9/11


Falconeris
el 29/9/11


JAZMIN UCETA
el 29/9/11


Fernando E.
el 29/9/11


vicente condori
el 29/9/11
A veces nos olvidamos que el Señor es Todopoderoso Rey de Todo el Universo, que escucha nuestros pedidos, que atiende nuestros ruegos, que viene en nuestro auxilio. Es Señor del Cielo y de la Tierra por esto envía a sus ángeles en representación suya a cumplir sus órdenes.


MAYELA
el 30/9/11

Pbro. JorgeLuis
el 29/9/11