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Vocación Iluminada: Cuarto Domingo de Cuaresma

Juan Carlos Martos -

1.AMBIENTACIÓN

Seguimos adelante con este tiempo de Cuaresma, cercanos ya a los días de la Semana Santa y nos reunimos en el marco de la Eucaristía donde recibimos una nueva lección de Jesús: Que él es la Luz que viene a iluminar nuestra vida sacándonos de las tinieblas de la ignorancia y del sin sentido.

Hoy nos dejamos iluminar, en efecto, por el evangelio que nos hace entender que somos como  el  ciego  de  nacimiento.  Necesitamos que  él  nos  quite  las  escamas  que  ciegan  nuestro entendimiento y nos haga entender el sentido de una vida verdadera, que le reconozcamos como el Señor y que nos convirtamos en discípulos suyos dispuestos a dar testimonio de él incluso hasta en los lugares más hostiles. Adquirir la vista significa alcanzar la fe, encontrar la propia vocación, optar por vivir según el evangelio.

2. ACTO PENITENCIAL

-  Nuestra mirada se detiene en lo superficial; lo vemos de tejas abajo todo. Señor Jesús, tú que nos das el espíritu para abrir nuestros ojos a la verdad, a lo invisible, ten piedad de nosotros que estamos abrumados con nuestra ceguera (Silencio meditativo)

CANTO: SEÑOR TEN PIEDAD

-  El mundo espera de los cristianos tantas cosas nuevas y no ve en nosotros hombres y mujeres diferentes. No somos hijos e hijas de la luz. Oh Cristo, tú que eres la luz del mundo, te pedimos que te apiades de nosotros. (Silencio meditativo)

CANTO: CRISTO TEN PIEDAD

-   Decimos  que  creemos,  conocemos  el  don  de  Dios,  y  sin  embargo...  somos  inconsecuentes, hipócritas,  vergonzosos  y perezosos.  Tenemos  necesidad  de  que  fortalezcas  nuestra  fe,  Señor Dios; tenemos necesidad de tu perdón. (Silencio meditativo)

CANTO: SEÑOR TEN PIEDAD

3. LITURGIA DE LA PALABRA

LECTURA: 1 Samuel 16, 1b.6-7.10.13a
SALMO 22
LECTURA: Efesios 5,8-14
EVANGELIO:  Juan  9,1-41  (Puede  hacerse  escenificado  o  dialogado.  Ver  en  anexo  1.  Ya  lleva incorporadas las peticiones en el desarrollo del relato)

HOMILÍA: Pueden servir estas ideas, que tocan el tema vocacional.

El ciego de nacimiento es un paradigma de la ceguera humana, una ceguera contagiosa. Vemos poco  y  mal.  Nos  fijamos  en  las apariencias.  No  conocemos  en  profundidad  a  los  demás.  Y  nos conocemos demasiado poco a nosotros mismos. No acabamos de entender el sentido de la vida, ni el sentido de nuestra vida. Y andamos desorientados (sin caminos) y desanimados (sin fuerzas)

Las causas de nuestras cegueras son muchas:

- Los prejuicios que nos hacen ver las cosas de un solo color (negro, o rosa, o gris...)
- El egoísmoque no nos deja ver otra cosa distinta que a nosotros mismos
- La miopíade quien ve las cosas sólo de tejas abajo y no descubre al Señor por ningún sitio.
- El   daltonismo   de   la   confusión   que   nos   lleva   a   no   saber   distinguir   lo   que   es verdaderamente bueno o malo para nosotros.
- Las  cataratas  de  lo  agobios  y  de  las  prisas  que  nos  llevan  a  fijarnos  solamente  en  el trabajo
- El  sueño  que  nos  mantiene  con  los  ojos  ciegos  al  sentido  de  la  vida...  y  un  sin  fin  de enfermedades oculares más..

Sólo  Jesús  puede  curar  al  ciego de nacimiento.  Sólo  Jesús  puede  librarnos de  nuestras oscuridades. Pero necesitamos la fe. Hemos de creer en su palabra y dejarnos llevar a la piscina. La piscina es la Iglesia y sus aguas salvadoras son el bautismo. Con los ojos del corazón limpios y con el corazón nutrido con esa presencia amiga del Maestro podemos ir por la vida sin tropezar, con sentido y orientación, con ánimos...

Por la fe se nos concede un exceso de luz, por el que podemos reconocer a Cristo en sus diversas  presencias  (en  el  hermano,  en  el pobre  y  necesitado,  en  la  eucaristía,  en  la Palabra,  en  la  Comunidad  reunida  en  su  nombre,  en  el  fondo  de  sí  mismo...)  y hacerse sensible  a  sus  llamadas  e  invitaciones.  Con  la  luz  y  la  fuerza  del  Señor  llegamos  a  ser también luz para curar a los demás ciegos.

4.PRESENTACIÓN DE DONES

Se presentan junto con el pan y con el vino, que llevarán entre dos personas hasta el altar unos signos sencillos que expresan la ofrenda del pueblo de Dios: (Un monitor explica de forma adecuada el sentido vocacional de los dones que se presentan)

-  Un  cirio  encendido,  que  significa  que  Cristo  es  la  Luz  y  una  lamparilla  apagada,  que indica  que  somos  nosotros  que  no  entendemos  y  no  vemos.  Al  presentarla  se  enciende indicando que en la Luz alcanzamos nosotros la luz que da sentido a nuestra vida.

-  La pilabautismal porque allí fuimos iluminados y un recipiente con barro- que lleva escrita la palabra  “SERVIR”  pero  oculta  por  el  barro-,  que  es  el  signo  de  nuestro  pecado  y  ceguera.  A presentarlos se lava con el agua el recipiente y así se adivina para qué sirve.

5.PADRENUESTRO

(Puede servir este cuento para motivar a un rezo atento y activo de la oración dominical)

No  vemos  solamente  con  los  ojos,  sino  también  con  el  corazón.  Hay  un  film  de  Charlot titulado significativamente “Luces de la ciudad”. Sustancialmente el argumento consiste en que una hermosa joven, completamente ciega, conoce a Charlot. Aunque es un tipo ridículo exteriormente, ella le quiere por su buen corazón. Cuando, después de varios incidentes, él consigue le dinero necesario para la operación que le devolverá la vista, ella, ya vidente, se coloca en una tienda de flores de Nueva York.

Un día pasa por allí casualmente Charlot, que a través de los escaparates, reconoce con profunda emoción a la muchacha, a la que no había tratado desde que la llevaron al hospital para operarla.  Ella  no  le  reconoce  y  bromea  con  sus  compañeras  cuando  ve  que  la  está  mirando embelesado  con  su  lamentable  aspecto.  Llega  un  momento  en  que  hasta  sale  a  la  puerta  para darle una limosna.

Ahora que le ve es cuando no le conoce. Ahora es cuando esa muchacha está ciega y no sabe ver la inmensa riqueza que está dentro de aquel hombre.

Al rezar el padrenuestro pidamos, hermanos, la luz del corazón.

6.ORACIÓNMEDITATIVAPARADESPUÉS DE LA COMUNIÓN

(conunfondo musical suave y se va dejando un intervalo de silencio en los puntos suspensivos...)

Sin llamarle,
sin haber pensado siquiera en él, sin saber muy bien quién es,
sin tener ojos para verle...,

Alguien viene,
pasa a junto a nosotros se fija
y se sienta a nuestro lado
para estar con nosotros los hombres.

Alguien viene
y tiene tantas cosas
que cambiar dentro de nosotros y en nuestro entorno...

No viene para que todo siga igual
ni para hacer silencio a nuestro lado;
viene porque es posible ser de otra manera, tener vista y vida,
levantarse y caminar, ser personas nuevas, dejar la ceguera
y dar testimonio del Reino acogiendo sus semillas.

Alguien viene,
nos dirige su palabra,
una palabra que comprendemos porque es clara,
afecta a nuestras miserias, cura viejas heridas
y deshace tantos insoportables esfuerzos y montajes...

Viene desde la cercanía de Dios a encontrarse con nosotros
y a abrirnos los ojos
para que conozcamos su rostro y nunca más tengamos miedo.

Viene
y sólo nos pide lavarnos, creer en él
y cambiar de bando,
para tener lo que más anhelamos.

ANEXO 1

ESCENIFICACIÓNDELEVANGELIOJuan9,1-41
(Especialmente para celebraciones con jóvenes)

Personajes:  Presidente.  Pregonero.  Lector.2  locutores  de  noticias.  2  lectores  de  oraciones.
Actores  (Jesús-discípulo-ciego-padre  y  madre-3  vecinos-2  fariseos).  Las  voces  de  Jesús  y  del ciego  deben  ser  sonoras  y  firmes;  tímidas  las  de  los  padres,  escépticas  las  de  los  vecinos  y gritonas y estridentes las de los fariseos, quienes hablan subidos, en actitud de soberbia, encima de un taburete o algo parecido.

Preparación:  En  un  lugar  visible  se  escriben  de  antemano  estas  palabras:  

JERUSALÉN- SÁBADO”.  Hay  una  pila  bautismal  en  un  lugar  visible  y  en  la  pared  un  crucifijo  o  la  cruz procesional.

(Sale un pregonero con un tambor o con un cornetín, y proclama solemnemente un bando, que lee en una hoja de papel que lleva enrollada)

PREGONERO: ¡Por orden del sanedrín y de los Sumos Sacerdotes, todo aquel que reconozca que Jesús  de  Nazaret  es  el  Mesías  será  expulsado  de  la  Sinagoga  y  perderá  los  derechos  de ciudadanía! (Puede proclamarlo dos veces en dos sitios distintos; después lo cuelga en un lugar visible)

LECTOR: Lectura del Evangelio según san Juan. En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre
ciego de nacimiento (se leen por DOS LOCUTORES algunas noticias que sean actuales y referidas
alos “ciegos” de hoy de nuestra sociedad).
Y sus discípulos le preguntaron:

DISCÍPULO: Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?

JESÚS: Ni éste pecó ni sus padres, sino que es para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras  es  de  día,  tengo  que  hacer  las  obras  del  que  me  ha  enviado;  viene  la  noche,  y  nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

LECTOR: Dicho esto escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo

(Jesús hace el gesto de tomar tierra y aplicar las manos en los ojos del ciego):

JESÚS: Ve a lavarte a las piscina de Siloé. (Se lava el ciego en la pila bautismal o en el recipiente puesto en un lugar visible)

LECTOR: El fue, se lavó y volvió con vista (el ciego eleva las manos y adora a Dios)

PRESIDENTE:  Como  el  ciego  del  evangelio,  también  nosotros,  en  brazos  de  nuestra  madrina, fuimos  llevados  un  día,  recién nacidos,  a  la  pila  bautismal,  nueva  piscina  de  Siloé.  Recibimos entonces la vocación a vivir con Jesús y como Jesús. Las escamas de nuestros ojos se nos han caído  en  lagunas  ocasiones  cuando  nuestra  fe  nos  ha  puesto  en  camino  de  compromisos concretos,  de decisiones  a  favor  de  vivir  como  verdaderos  cristianos.  ¿Tenemos  ahora  los  ojos abiertos?  ¿Queremos  vivir  desde  la  vocación que  hemos  recibido  a  ser  hijos  del  padre  y hermanos? ¿O Dios es algo invisible y ajeno a nuestra estilo de vida?

(Pausa de meditación)

Hagamos un esfuerzo para reconocer quién nos envía hoy a lavarnos con objeto de recuperar la vista perdida. A las peticiones que ahora siguen podemos contestar todos:

T. AUMENTA NUESTRA FE

L1 Tú que eres el artesano y el arquitecto del universo, el dueño de la tierra y del barro, y nos has creado para vivamos según como hijos y como hermanos escucha nuestros deseos:

T. AUMENTA NUESTRA FE

L1  Tú  que  eres  misericordia  y  justicia,  defensor  y  abogado  de  los  pobres  y  marginados,  y  que
llamas a muchos para que den testimonio en el mundo de tu amor fiel y providente, oye nuestra petición:

T. AUMENTA NUESTRA FE

L1 Tú que has enviado a Jesús para dar salud a los enfermos incurables y liberar a los que son esclavos, atiende nuestras súplicas:

T. AUMENTA NUESTRA FE

L1 Tú que quieres que los hombres y mujeres seamos colaboradores activos en la construcción de una  nueva  Humanidad  según tu designio  y  nos  llamas  a  vivir  las  exigencias  más  radicales  del Evangelio, escucha nuestra plegaria:

T. AUMENTA NUESTRA FE

LECTOR: Los vecinos y los que antes solían verle pedir limosna preguntaban:

VECINO 1: ¿No es éste el que se sentaba a pedir?

VECINO 2: Esélmismo.

VECINO 3: No es él, pero se le parece.

CIEGO: Soy yo.

VECINO 1: ¿Y cómo se te han abierto los ojos?

CIEGO: Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé y empecé a ver.

VECINO 2: ¿Dónde está él?

CIEGO: No lo sé.

(Canto:“Con vosotros está y no lo conocéis” CLN 723)

LECTOR:  Llevaron  ante  los  fariseos  al  que  había  sido  ciego.  Era  sábado  el  día  que  Jesús  hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos se preguntaban cómo había adquirido la vista. El les contestó:

CIEGO: Me puso barro en los ojos, me lavé y veo.

LECTOR: Algunos de los fariseos comentaban:

FARISEO 1: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.

LECTOR: Otros replicaban:

FARISEO 2: ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?

LECTOR: Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:

FARISEO 1: ¿Y tú que dices del que te ha abierto los ojos?

CIEGO: Que es un profeta.

LECTOR: Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y había recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron.

FARISEO2: ¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ve ahora?

LECTOR: Sus padres contestaron:

PADRE: Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros; y quién le ha abierto los ojos, tampoco lo sabemos.

MADRE: Preguntádselo a él que es mayor y puede explicarse.

LECTOR: Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos que ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: “Ya es mayor, preguntádselo a él”. Llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron:

FARISEO 1: Confiésalo ante Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.

CIEGO: Si es un pecador, no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo.

LECTOR: Le preguntaron de nuevo:

FARISEO 2: ¿Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?

CIEGO: Se lo he dicho ya, y no me han hecho caso: ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?

LECTOR: Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron:

FARISEOS (los dos): Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros
sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos de dónde viene.

CIEGO: Pues es lo raro: que ustedes no saben de dónde viene, y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder.

FARISEOS(los  dos):  Empecatado  naciste  tú  de  pies  a  cabeza  ¿y  nos  vas  a  dar  lecciones  a nosotros?

LECTOR: Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo había expulsado, lo encontró y le dijo:

JESÚS: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre?

CIEGO: ¿Y quién es, Señor, para que crea en él?

JESÚS: Ya lo estás viendo, es el mismo que habla contigo.

CIEGO: Creo, Señor.

LECTOR: Y se postró ante él.

(Se postra ante Jesús y se canta un canto adecuado de adoración a Jesús como Señor)

    
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