Intento ahora expresar la vivencia de otras experiencias cotidianas compartiendo otra intimidad, otro lenguaje, otra manera de penetrar en la realidad de las cosas y de las personas. Doy paso a la confidencialidad. Volveré más tarde con el relato de pequeñas narraciones y testimonios que me invitaron a pensar, a quedarme admirado y a volver a recordar las palabras de Jesús: “Te doy gracias Padre porque has ocultado estas cosas a los sabios…”.
Hay realidades nuevas en los nuevos rostros y paisajes que aparecen ante mis ojos. Realidades que me llegan inesperadamente, por sorpresa. Realidades que quieren tener un sitio entre nosotros. Esa galería de asombros habla por sí misma. Esas imágenes quieren salir de sus silencios y tomar la palabra. La poesía de Antonio Machado va a acompañar el inicio de todas las calladas bellezas.
Ya estás en pie, caminante,
Dispuesto para marchar,
Pero es menester que sepas,
Caminante, adónde vas.
Ya estás en pie, caminante,
Dispuesto para buscar
Pero es menester que sepas,
Lo que sales a buscar.
Recuerda a aquel caminante
Que un día también salió,
Pero siguiendo una sombra
El camino equivocó.
Y cuando volvió la cara
La sombra se disipó;
Descubrió que estaba solo
Pues sólo encontró a su yo.
No creas que es suficiente
Tomar al alba el bordón,
Ni basta la cantimplora
El pan o la invocación.
Importa caminar juntos
Unidos en el amor,
Rompiendo cualquier espejo
Que cierre tu corazón.
