No existe distancia teológica con el Papa. El nuevo superior general de los Jesuitas ante la prensa.

28 de enero de 2008
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Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Nicolás, de 71 años, el pasado viernes, se presentó ante la prensa internacional en la Curia General (sede central) de la Compañía de Jesús en Roma, donde sigue reunida la 35 Congregación General de la orden que le eligió nuevo padre general el pasado 19 de enero, tras la renuncia del holandés Peter Hans Kolvenbach.

El sacerdote palentino no aceptó preguntas a la espera de recibir de la Congregación -máximo órgano de gobierno de la Compañía- las líneas básicas para comenzar su misión.

El recién elegido Papa negro -como se conoce al padre general de los jesuitas por el poder e influencia de la orden y el color de sus hábitos- se mostró distendido con los periodistas, ante los que se describió como ‘un desconocido’.

Esa circunstancia explica, según afirmó, el que los diarios hayan buscado estos días datos sobre su vida ‘como si buscaran un tesoro’ y se hayan contado cosas que no se atienen a la realidad, como las supuestas tensiones de la orden con el Vaticano.

Explicó que se trata de ‘una tensión creada artificialmente’ y que si existe alguna dificultad entre el Vaticano y la Compañía es precisamente porque están tan cerca uno del otro.

‘Estas dificultades son normales en toda relación de amor, como por ejemplo en un matrimonio’, dijo, y agregó que su orden pretende, ‘como siempre’, trabajar para la Santa Sede y obedecer al Papa. ‘Así ha sido siempre, no ha cambiado y no cambiará’.

El sacerdote español también se refirió a la supuesta ‘distancia teológica’ que, según algunos medios de comunicación, le separa de Benedicto XVI, lo que negó categóricamente.

No existe distancia teológica. Yo he estudiado los libros del profesor Ratzinger cuando era estudiante y cuando vivía en Tokio. Era un gran profesor y sus libros muy interesantes, ya que ofrecían una novedad y una inspiración que todos agradecíamos en aquel tiempo’, manifestó.

Añadió que cuando vino a estudiar a Roma y después en Alemania los libros de Ratzinger, ‘que seguía siendo un gran profesor’, eran leídos ‘por todos’.

Según Nicolás, esa supuesta distancia ‘está más en la mente de quien la imagina’, ya que la teología -subrayó- ‘es siempre diálogo y es importante buscar la verdad inspirándose en la palabra de Dios’.

Nicolás también bromeo con que algunos diarios han dicho de él que si tiene el 50 por ciento del Padre Arrupe, o la mitad de Kolvenbach pero que ninguno ha dicho todavía que tiene un diez por ciento de Elvis Presley. ‘Se podría decir y no sería una sorpresa’, señaló entre risas.

Afirmó sentir amor y admiración por quien fue su profesor en Japón durante cuatro años, el mismo que gobernó los jesuitas de 1965 a 1983 y sorteó algunos de los momentos más difíciles de la Compañía en sus relaciones con los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.

‘Pero no soy Arrupe, como tampoco soy Kolvenbach’, afirmó en referencia a su antecesor holandés, que se hizo cargo de la Compañía de Jesús en 1983 y que en estos años últimos años se ha empleado en reconducir las relaciones con el Vaticano.

Así que, ‘¿Quien soy yo?’, se preguntó hoy Nicolás. ‘Estoy en camino de llegar a ser lo que Dios quiere de todos nosotros, en la realidad en que crece mi relación con Dios, mi relación con el Papa y con la Congregación General de los Jesuitas’.

Lo que sí ‘es verdad’ de lo que se ha escrito en estos días de él, según dijo, es su relación con Asia, continente en el que ha pasado muchos años de su vida (llegó cuando tenía 24 años).

Cuando se refirió a ella, sus ojos se iluminaron y afirmó que Asia es un ‘desafío, un auténtico desafío en todos los aspectos’.

Contó que los primeros años no fueron fáciles, ‘y no por la comida o el idioma, ya que el pescado crudo está buenísimo, la dieta es correcta y las diferentes lenguas no era una dificultad’. La dificultad -precisó- ‘era más profunda’.

‘El mundo no era como yo lo pensaba en España, la manera de ver las cosas, incluso la fe, de cuestionar diferentes problemas, no era como en España. Cosas que en España yo consideraba de sentido común no lo eran en Japón y ese desafío del encuentro con un mundo totalmente diferente que cuestiona materias que yo consideraba normales ha sido interesante, pero muy difícil’.

Nicolás agregó que en ese contexto estudio teología y señaló que era como reencontrar la propia fe, ‘pero no en el contexto del Concilio Vaticano II sino de Asia, donde las otras religiones han tenido una influencia muy profunda’.

‘Asia me ha cambiado. Me ha cambiado para entender a los otros, a aceptar lo que es diferente. En España yo era un poco intolerante, de la línea de siempre todo en orden, donde la religión era todavía entendida como fidelidad a una serie de practicas religiosas. En Japón he visto que la verdadera religiosidad es mas profunda’.

Según el nuevo ‘Papa negro’, Asia puede enriquecer mucho a la Iglesia universal, ‘la pena es que allí somos muy pocos’.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Nicolás manifestó que su misión es ‘escuchar y obedecer’ y resaltó que la Congregación general -máximo órgano de la Compañía de Jesús- está por encima de él. Lo que le digan, aseguro, él lo hará.

Agregó que la congregación -aún reunida- está analizando los ‘desafíos’ que el Papa les ha indicado en el mensaje que les envió con motivo de esta 35 reunión de los jesuitas.

Espera reunirse pronto con Benedicto XVI (‘espero que me llame’) y aseguró, antes de concluir, que es una persona ‘transparente’.     

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