Miércoles segundo de Cuaresma

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El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor.” (Mc 10,43)

Hay frases con las que no se puede especular, son contundentes, directas, claras, incisivas, comprensibles, sabias, con un contenido recio, revelador del sentido mismo de la vida. Pueden afectarnos, condicionar nuestro modo de trabajar y de estar en medio de los otros. Jesús dijo de sí: “Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27).

(JPG) Cada día sorprenden las noticias de los que se sirven del cargo, del poder, del nombre para especular, ganar dinero, desplazar a otros, gozar de privilegios o eximirse de obligaciones.

Este tiempo es propicio para revisar actitudes, gestos, intenciones, que esconden envidias, celos, arribismos, adulaciones por el atractivo de la vanidad y del poder.

Un icono emblemático es el de Jesús a los pies de los discípulos. Y una trampa es la que nos asalta cuando en vez de mirar, como decía Santa Teresa, al que va delante (“No me ha venido trabajo que, mirándoos a Vos cuál estuvisteis delante de los jueces, no se me haga bueno de sufrir. Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer” (Vida 22, 6), nos fijamos en los otros, en los que pensamos que hacen menos, o en los que se aprovechan más. Fue el error que cometieron los discípulos en el camino hacia Jerusalén, cuando en vez de seguir detrás de Jesús, se fijaron el los hijos de Zebedeo. Acción semejante que llevó a Marta a quejarse de su hermana María, y a Simón Pedro a preguntar por la suerte del Discípulo Amado.

El secreto de permanecer fieles en el servicio es mantener los ojos fijos en quien nos dio testimonio del mayor anonadamiento, en Jesús.

A la hora de tu entrega diaria, de tu trabajo cotidiano, ¿en quién te fijas? Cuando se pierde el punto de mira del que nos ha adelantado en su entrega total por nosotros, asaltan los agravios comparativos, los celos, las comparaciones, las excusas, evasiones y justificaciones, para legitimar la comodidad en vez de buscar la forma de mayor disponibilidad.

Recuerda: “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor.”