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¡Albricias! (21 de diciembre)

Déjame hoy irrumpir en alabanzas ante el anuncio de que está ya cerca el Señor. Déjame permanecer atento, por si llega  el que espero, y llama a mi puerta quedamente. No deseo incurrir en distracciones, si se oyen ya los cánticos al alba.