La Semana por la Unidad de los Cristinos comenzó hace un siglo en Estados Unidos

18 de enero de 2008
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    La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que comienza este viernes, 18 de enero, en la mayoría de los países del mundo, comenzó hace exactamente un siglo en Nueva York.

El pionero de este octavario fue el padre Paul Wattson, cofundador de la Sociedad de la Expiación (Society of the Atonement), de Graymoor (Nueva York, Estados Unidos), que lo celebró por primera vez del 18 de enero de 1908, fiesta de la Cátedra de San Pedro, hasta el 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo.

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Por este motivo, el proyecto de los materiales para la oración en estos días ha sido preparado en este año por el director del Instituto ecuménico e interreligioso de Graymoor (Nueva York, Estado de Nueva York, EE.UU.), el padre James Loughran, SA.

En el proyecto han colaborado la doctora Ann Riggs, directora general de la Comisión Fe y Constitución del Consejo nacional de las Iglesias cristianas de EE. UU., el doctor Keelan Downton, investigador, el reverendo James Mass, director del Secretariado para los asuntos ecuménicos e interreligiosos de la Conferencia de los obispos católicos de los Estados Unidos, y la señora Susan Dennis, presidenta y directora general del Centro interconfesional de Nueva York (EE.UU.).

A través de su trabajo de redacción, explica la introducción a estos materiales, este grupo ha querido «celebrar la historia de estos cien años de oración con una llamada a dar un nuevo impulso a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, de ahí el tema elegido: "no ceséis de orar"».

El lema «no ceséis de orar» (1 Tesalonicenses 5,17) «destaca el papel esencial de la oración en la vida de la comunidad de los creyentes, ya que da a sus miembros el profundizar en su relación con Cristo y con los otros», explican los materiales.

«Este paso forma parte de una serie de "imperativos", de las declaraciones por las cuales Pablo anima a la comunidad a vivir de la unidad que Dios nos da en Cristo, a ser en la práctica lo que está en el principio: el único cuerpo de Cristo, visiblemente unido en este lugar.

«Es interesante tener en cuenta que Pablo no da ninguna enseñanza teológica abstracta ni hace alusión a las emociones o a los sentimientos. Como en el pasaje famoso sobre el amor en 1 Corintios 13, invita más bien a la acción, a comportamientos concretos a través de los cuales los miembros de la comunidad revelan su compromiso y la responsabilidad que tienen los unos hacia otros en el único cuerpo del Cristo. El amor debe llevarse a la práctica y ser visible», afirma el grupo ecuménico.

«La llamada "no ceséis de orar" (5,17) forma parte de esta lista de imperativos. Eso nos recuerda que la vida en una comunidad cristiana sólo es posible a través de una vida de oración», añade.

Estos textos han sido adaptados y aprobados definitivamente en la reunión del grupo preparatorio internacional nombrado por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos (en representación de la Santa Sede).