Guatemala: Juan Gerardi, mártir de la iglesia comprometida.
Monseñor
JUAN GERARDI nació en la Ciudad de Guatemala un 27 de
diciembre de 1922. Estudió en Guatemala y en los
Estados
Unidos, ordenándose sacerdote el 21 de diciembre de 1946.
Posteriormente
fue asignado por sus superiores a servir como cura párroco
en
varios pueblos del interior de Guatemala por lo que tuvo contacto con
la extrema pobreza y explotación con que, como en toda
Latinoamérica viven los indígenas, los verdaderos
dueños del continente.
Entre
1980 y 1983, años aciagos para el pueblo hermano de
Guatemala,
por la lucha entre el ejército y la guerrilla, ocupa el
Obispado de El Quiché, desde donde denuncia la muerte de
muchos catequistas y Delegados de la Palabra.
Aprovechando
que debe viajar a El Vaticano, para asistir al Sínodo de la
Familia se le impide el ingreso al país, por lo que solicita
asilo político en El Salvador en donde se le niega. Debe
recordarse que en ese momento este país centroamericano,
estaba gobernado por dirigentes muy cercanos a los asesinos del otro
mártir centroamericano Oscar Arnulfo Romero. Termina asilado
en Costa Rica.
Una
vez vuelto a su país natal crea la Oficina de Derechos
Humanos
del Arzobispado, desde donde investiga las víctimas de la
violencia y la violación sistemática de los
derechos
humanos en su país. Lleva a cabo el proyecto Interdiocesano
Recuperación de la Memoria Histórica, con el fin
de
conocer la verdad de los múltiples crímenes
cometidos
en su patria, sobre todo durante el Gobierno del pastor
evangélico
Efraín Ríos Montt.
Este
informe fue la causa de la muerte de Monseñor Gerardi.
Expuesto el 24 de abril de 1998, el informe en donde se prueba que
aproximadamente el 90% de los crímenes de lesa humanidad, en
contra del pueblo de Guatemala, fueron cometidos por el
ejército
y no por la guerrilla como el gobierno mantenía el 26 de
abril
entra al martirologio centroamericana al ser asesinado a golpes de
ladrillo y con otros instrumentos contundentes.
La
presentación de los resultados de REMHI tuvo lugar el 24 de
abril de 1998; el 26 de abril de 1998, Monseñor JUAN GERARDI
muere asesinado.
Por
la muerte de Gerardi fueron condenados varios militares, ex
guardaespaldas de la presidencia y el sacerdote Juan Orantes. La
jueza Barrios, quien llevó el caso tuvo que exiliarse en
España, víctima de múltiples amenazas.
Con
motivo de la muerte de Gerardi se escribió el AL BUEN PASTOR
GERARDI MÁRTIR DE LA MEMORIA.cuyo original se puede
encontrar
en:
Servicios
Koinonia
, el cual reproducimos en memoria de este mártir de la
libertad de expresión.
26 de abril de 1998, Monseñor JUAN GERARDI muere asesinado.
AL BUEN PASTOR GERARDI MÁRTIR DE LA MEMORIA.
Venías del Quiché, del Quiché
mártir;
de la tierra arrasada;
de los muchos exilios de tu Pueblo;
de una larga agonía de silencios y esperas;
de unos altos volcanes, contenidos
de indignación profética....
Querías "construir un país otro",
soñabas una nueva Verapaz.
"La construcción del Reino tiene riesgos",
lo sabías muy bien, pero vivías
los derechos humanos como sueños divinos;
con tu sed de justicia verdadera;
en tu opción por las víctimas, que son
también los pobres.
Venías libre y fuerte, curtido en Evangelio,
vestido de una chumpa popular,
con buen humor chapín,
Juanito, monseñor, sabio y correcto
como un patriarca maya.
Levantaste tu voz en el Congreso,
en los foros del mundo,
y el informe del REMHI y de la ODHA
recogían, por fin, la voz callada,
la verdad de la Historia.
Vigía de la noche y de la aurora,
pastor de un Pueblo insomne,
la paz necesitaba la firma de tu sangre
y la diste, total, limpia y hermosa
como un cáliz de Pascua.
Quebrantaron tus ojos, porque vieron
la masacre de un Pueblo;
la concha de tu oído que acogió su clamor
interminable;
tu boca profetisa que le ha devuelto el canto....
Pero en tu rostro, roto por el odio,
como en un colectivo lienzo de la Verónica,
han reaparecido todos los rostros muertos,
vivientes para siempre!
Las columnas matrices de nuestra catedral
han puesto al sol de Dios y de la Historia
los nombres que ha marcado la sangre del Cordero.
Y el 26 de Abril se ha vuelto fecha-hito,
aleluya pascual de marimba y claveles,
kairós de libertad en la Iglesia y la Patria.
La piedra que trizó tu cuerpo ungido
te hizo piedra angular de la memoria viva.
Vamos a hacer verdad de la memoria
y "esa verdad será que no hay olvido".
Habrá perdón, pero no habrá olvido.
Juramos: "Guatemala: ¡Nunca más!"
Nunca más dictaduras ni masacres,
ni miedos suicidas, ni cómplices silencios.
¡Siempre más Guatemala, libre, india, fraterna!
Y granará el maíz de la justicia maya,
Florecerá la paz en las orquídeas
blancas de luz, moradas de memoria-,
y el vuelo del quetzal bordará la utopía.
Tu muerte, buen pastor, no ha sido en vano.
Guiados por tu ejemplo, nosotros seguiremos
forjando la verdad y la justicia,
dando la voz al canto enmudecido,
dando esperanza al Pueblo caminante,
dando la vida al Reino de los pobres.
La sombras del poder y la mentira
pretenden empañar, inútilmente,
la gracia de tu gloria.
¡Ya estás en plena Luz, en vera Paz,
y eres la Iglesia viva, la nueva Guatemala!
¡Nadie nos borrará de la memoria
tu memoria, GERARDI,
mártir de la Memoria!